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domingo, 23 de agosto de 2015

VACACIONES 2015 (10 y 11 de agosto)

Lunes 10 de agosto: Las vacaciones van llegando a su fin y hoy hay que comenzar a bajar hacia el sur. Pero antes, claro está, hay que perderse por las calles de Segovia. He estado ya tres veces, pero nunca deja de maravillarme pasear entre sus callejas y sorprenderme ante la grandiosidad del acueducto, su preciosa catedral o su majestuoso alcázar. Mis compañeros y yo quedamos en el aparcamiento de motos que hay a los pies del acueducto, mientras que yo, después de mil vueltas con el coche, tengo que optar por aparcar en el parking subterráneo (menuda clavada). Una vez reunidos a los pies del acueducto y de las obligatorias fotos de recuerdo, comenzamos a caminar para subir hasta la plaza mayor, donde se encuentra la catedral y que visitamos durante aproximadamente una hora. Hay mucho para ver y para contemplar despacio. Manolo comenzó a notar molestias en los pies ya que la bota se había roto por el forro y se clavaba el metal de la punta de la bota. A pesar de todo fue capaz de darse la caminata para acercarse a contemplar el alcázar. Por motivos de tiempo y porque el grupo estaba dividido, optamos por dejar la visita y volver hacia los vehículos para comenzar el regreso. En nuestro camino nos encontramos un local de tapas y hamburguesas ambientado en el mundo biker, y no quisimos dejar pasar la oportunidad de entrar a tomar una cerveza. Fueron muy amables al decirles que veníamos de ruta desde el sur y nos obsequiaron con algunos presentes. Viendo la hora que era, optamos por acercarnos a alguno de los establecimientos que hay cerca del acueducto y allí almorzamos antes de emprender nuestro camino hacia Ávila.
Acueducto de Segovia

Catedral de Segovia

Alcázar de Segovia

Bajando por la N-110 no tardamos nada en encontrarnos con las murallas de Ávila. Mis compañeros se aventuraron a pasar intramuros con las motos, pero yo me tuve que conformar con aparcar en zona azul y adentrarme en el casco histórico después de subir una empinada subida. Sin ni siquiera proponérnoslo, coincidimos en la plaza mayor (creo que hemos desarrollado un instinto que nos conduce hasta ellas), donde dimos cuenta de un agradable café en una de sus muchas terrazas atestadas de turistas. El tiempo de la zona azul corría y teníamos una caminata hasta el coche, así que mientras mis compañeros se quedaban un rato más en la terraza, Flori y yo nos dimos un paseo hasta la catedral, aunque fuera para verla por fuera y contemplar los diferentes palacios que se encuentran entre sus calles. De regreso hacia el coche me llevé una agradable sorpresa. Saliendo de un hotel nos encontramos con Agus de Más+Gas y toda su familia. Si eres lector de la revista MondoBiker lo conocerás por sus reportajes firmados como el "GordoVeloz". Allí estaba con su familia y con "Lobo", un biker de Ávila que se había prestado a hacerles de guía. Después de los saludos y la sorpresa fuimos echando un paseo en busca de las murallas, donde allí tuvimos que despedirnos a pesar de la insistencia de Lobo de que nos quedáramos en Ávila para pasarnos a conocer la sede de su club. Después de prometerle que así lo haríamos en otra ocasión nos despedimos y llegamos al coche, para recoger a nuestros amigos y continuar nuestro camino.
Murallas de Ávila

Exterior de la catedral de Ávila














Con Agus de Más+Gas y su familia



Interior de la catedral de Ávila
Dejamos Ávila para tomar la N-502 que nos conducirá hasta Córdoba, aunque en nuestro recorrido tenemos dos objetivos para hoy:
Primero, atravesar el Puerto del Pico, que ya lo hicimos en sentido inverso en nuestras vacaciones de 2012 y que nos encantó.
Segundo, regresar a Arenas de San Pedro para volver a bañarnos en las aguas heladas del río Pelayo. Nada más salir de Ávila, nos encontramos con una horda de motoristas  junto a la carretera, que como bien supimos luego, estaban esperando a toda la peña para pegarse una ruta por este conocido puerto de montaña. Para los que conozcáis este tramo de carretera no creo que haga falta que yo diga nada para describirlo, y para los que no lo conocéis, sólo puedo invitaros a que lo atraveséis y que lo disfrutéis. Las palabras no bastan.
Llegamos a Arenas de San Pedro y nos instalamos en la hostería El Bodegón de Gredos, situado justo en frente de la puerta principal del castillo de la localidad. Me pillo una habitación con un gran ventanal con vistas al castillo, dejamos el equipaje, nos ponemos el bañador, y como José e Isabel no tienen muchas ganas de venir a bañarse, nos montamos los cuatro en el coche y nos vamos por la carretera de Candeleda hasta la zona de baño natural del Río Pelayo. Muchos recuerdos se amontonan en la cabeza, pues después de tres años, estábamos otra vez los mismos poniéndonos en remojo tan lejos de casa.
De este día, poco queda más que contar. Cenamos en la terraza de la hospedería, mientras que José nos informaba de su intención de salir a las 7:00 de la mañana para llegar temprano a La Jara, ya que al día siguiente entraba a trabajar y quería descansar. Nosotros queríamos visitar la localidad ya que en nuestro anterior paso por aquí no nos dio tiempo de ver nada del pueblo. Cuando todos se fueron a dormir, Manolo y yo nos quedamos saboreando unos gintonics en el fresco de la noche y hablando del enorme placer que es viajar y conocer nuevos lugares.
Puerto del Pico. Al fondo se ve la calzada romana

Río Pelayo (Arenas de San Pedro-Ávila)

11 de agosto. Hoy es nuestro último día de vacaciones. Poco hay que contar de este día, ya que, una vez que visitamos Arenas de San Pedro, comenzamos nuestro descenso por la N-502 sin pausa pero sin prisas.
A las 7:00 de la mañana me despierto con el sonido de la moto de José, que emprende su camino en solitario para casa. Nosotros habíamos quedado a las 9:00 en el bar de la hostería para desayunar y después de recoger la moto del sitio que nos habían ofrecido para guardarlas y de pagar las habitaciones nos metemos en el castillo para visitarlo. Sorprende mucho. Te imaginas un castillo diáfano en el que se ve todo a simple vista y por el contrario la torre del homenaje está muy bien acondicionada con maniquíes vestidos de época, armaduras,... y en el paseo de ronda se disfruta de muy buenas vistas del pueblo y de la sierra de Gredos que nos queda a un paso. Desde aquí subimos al Palacio del Infante D. Luis, tras caminar por la bulliciosa calle de la Triste Condesa, y de regreso a las motos nos paramos a visitar la iglesia:oscura pero con una estampa sobrecogedora en su interior.
Son más de las 11:00 de la mañana y nos quedan más de 500 kms. Antes de partir le mandamos un "wassap" a José para saber cómo le va y nos sorprende diciendo que ha optado por un recorrido diferente al nuestro para hacer algo de turismo, bajando por Oropesa de Toledo y por la carretera de Guadalupe... Son más kilómetros pero seguro que los disfruta, ya que esas carreteras las conocemos y sabemos que son una pasada para rodar en moto. Nos ponemos en marcha y poco hay que contar. Sobre las 21:00 llegamos a casa después de ocho días de viaje, de un montón de lugares visitados, con unos cuantos kilos más puestos alrededor de la barriga y con ganas de repetir de nuevo esta experiencia, y si es con tan buena compañía, mejor aún.

Ntra. Sra. de la Asunción (Arenas de San Pedro)


Castillo de D. Álvaro de Luna


Gredos desde el castillo

Palacio del Infante D. Luis

NOS VEMOS EN LA CARRETERA
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