Fieles a la monotonía, a partir del jueves comenzaron a sonar los móviles; ya no es el típico sonido de aviso de mensaje recibido o el "Queguayestugel" de ACDC que tengo como tono de llamada...Ahora es el pitido típico del "Wassaph"...Hay que reconocer sus muchas ventajas pero llega un momento que pone los nervios a flor de piel, sobre todo si tienes algo entre manos y tienes que terminar silenciándolo.
No es el caso cuando llega el jueves por la tarde y el personal comienza a mandar mensajes en el grupo creado para comenzar a proponer ideas o para preguntar si hay algo previsto. En esta ocasión teníamos en mente echar un paseo por la Trassierra Cordobesa para acercarnos hasta sus serpenteantes carreteras, pero antes haríamos una parada en la reunión de motos clásicas de Fuente Palmera para desayunar y ver un poco el ambiente. Tan mala suerte tuvimos que al poco de llegar a la localidad partía la ruta prevista por la zona, debiendo hacer un recorrido de unos 60 kms por los alrededores. Como había que esperar a un par de miembros que salían más tarde y a un par de parejas de amigos de José e Isabel, que venían desde Utrera y Bollullos de la Mitación, nos fuimos a desayunar y a matar el tiempo por los puestos que habían quedado vacíos tras el éxodo masivo de motos clásicas que previamente estaba en el parking reservado para la ocasión.
No hubo que esperar mucho cuando comenzaron a llegar los rezagados: Marcos y Asun, Frasco y los amigos de José, que llegaron con sendas intruder 1800. Tras las presentaciones de rigor, decidimos movernos pero como algunos de los componentes de la expedición tenían compromisos familiares y tendrían que volverse antes de que comenzáramos a subir a la Trassierra, decidimos acercarnos a tomar unas birras al merendero de Posadas, que estaba atestado de personal y donde nos atendieron de las mil maravillas.
Después de un agradable rato bajo el sol de primavera y con una cerveza fría en la mano, la expedición se dividió: algunos continuamos nuestro camino y otros comenzaron el regreso.Como de costumbre, las carreteras de las sierras de Córdoba estaban espectaculares, y más después de las abundantes lluvias caídas estos meses atrás. Rodando por carreteras estrechas pero con un asfalto bastante aceptable, llegamos entre subidas y bajadas a las ermitas de Córdoba, custodiadas por la imagen de un Cristo que custodia la ciudad desde las alturas. No. No es como el Cristo de Río de Janeiro. Este es más pequeño y no tiene los brazos en cruz, que eso cuando pasa un rato cansa una "jartá". Cómo había que esperar un buen rato para que comenzara otra vez el horario de visita, decidimos continuar subiendo por las carreteras en dirección al Cerro Muriano, pasando por la zona de los Villares, que estaba hasta los topes de "domingueros" que al igual que nosotros habían salido a la sierra para disfrutar de un buen día de sol y de sus aficiones. Tras la bajada hasta Córdoba, donde tomamos un café, cogimos la A-4 en dirección Écija espoleando a los "caballos de hierro" comenzaba a venirse encima. Ya en Écija, tocaba la despedida de estos nuevos amigos con la intención de volver a quedar para seguir rodando juntos, y desde aquí pusimos rumbo a Osuna para tomarnos la penúltima en el Heaven, donde al final, tras los avisos por "wassaph" y alguna que otra foto de la camarera, el personal se presentó para pasar un agradable rato entre risas y bromas, deseando que llegue otra vez el jueves para que comience a sonar el móvil con el dichoso ruido de los coj....
Nos vemos en la carretera
Puedes ver las fotos en el facebook de Customs Bikers Lantejuela (rutas 2013)