Otro año más, y aprovechando que es fiesta nacional y que los "Verdes" están de celebración, aprovechamos para darnos una vuelta en moto por nuestra querida tierra, en busca de nuevos itinerarios y nuevas carreteras que nos hagan disfrutar de nuestras monturas. La cosa prometía, pues desde el domingo ya me habían avisado algunos compañeros de su participación en esta ruta; entre ellos varios colegas de los veteranos con los que empezamos juntos en este proyecto de grupo biker y con los que no tengo la suerte de rodar tanto como quisiera. El lunes fueron los miembros de la delegación de Osuna y de La Jara, los que me avisaron para quedar en La Puebla de Cazalla. El día H, a la hora acordada habíamos en lugar estipulado 10 motos y 16 personas con ganas de salir a hacer kilómetros. La propuesta era llegar hasta Arcos de la Frontera y desde ahí comenzar a investigar carreteras que nos llevaran a rodear el embalse de Guadalcacín, el más grande de la provincia de Cádiz, con una capacidad de 800 hectómetros cúbicos de agua. En perfecta formación fuimos rodeando el embalse contemplando las vistas que nos ofrecía, dejándonos embriagar por la belleza del entorno, que nos invitaba en algunos puntos a detener las motos para poder disfrutar mejor de este rincón andaluz. Por carreteras sinuosas entre montes y colinas, llegamos hasta El Bosque, que era el lugar donde habíamos pensado comer, aunque como era temprano decidimos seguir rodando por las sierras hasta dar con algún merendero. Esto nos llevó hasta el embalse de Zahara de la Sierra, que nos permitió volver a contemplar la imagen de su torre vigía: último exponente de lo que antaño fuera una majestuosa fortaleza. Aprovechando que el personal tenía ganas de moto, nos encaminamos hacia Ronda, buscando posteriormente una estrecha carretera llena de encanto que nos llevara hasta Olvera a través de Setenil. Después de dejar atrás estos pueblos blancos de la sierra gaditana, nos encaminamos hacia nuestras localidades de partida pasando junto a las faldas de los dos techos de la provincia sevillana: el Peñón de Argámitas y El Terril.
Concluir diciendo que ha sido una de las rutas más atractivas de las últimas que he hecho, por los paisajes naturales que he podido contemplar y por las buenas carreteras por las que hemos rodado, encontrando sólo algunas grietas y baches ocasionales en el trayecto. Pero lo mejor de todo, como siempre: rodar rodeado de amigos (los viejos y los nuevos).
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