Hace una semana aproximadamente, me llamó Luis diciéndome que el 18 de febrero, después de casi mes y medio de clausura por culpa de los exámenes, por fin volvía a Osuna y que el sábado 19 había que salir a rodar con las motos diera el tiempo que diera (nieve, llueva o granice...fueron sus palabras). Así que empecé a barajar posibilidades en función del tiempo que daban para ese día y lo mejor era salir para Málaga. ¡"Pa" donde sea fueron sus palabras cuando se lo propuse! Además era una buena opción para rodar por unas carreteras por las que había pasado este verano en coche y tenía muchas ganas de rodar por ellas en moto. Llegado el día, puntuales como un reloj suizo y desoyendo los consejos de nuestras familias que nos decían: -¡qué os vais a mojaaaaaarrr! -salimos en dirección Campillos por La Jara para evitar la autovía así calentar pronto las gomas (quién nos iba a decir que por la tarde íbamos a pasar por aquí a 40 kms/h y utilizando las piernas para equilibrarnos). La ruta se alargó un poco porque nos paramos un montón de veces a fotografiar lugares muy guapos que nos fuimos encontrando a lo largo de la ruta y porque rodamos por carreteras muy curvilíneas, casi tanto como una playmate, que hacían que los kilómetros no pasaran demasiado rápidos.
Entre las anécdotas de la ruta, os destacaré la cabezonería de Luis en meter la moto por encima de una pequeña cascada para hacer una foto, que le dejó las ruedas trabadas hasta que a fuerza de patinar y de empujones consiguió sacarla de allí. También fue muy bueno el pequeño pique con una bicicleta en la bajada por los Montes de Málaga (¡qué vergüenza!). Mientras estamos parados echando una foto, nos pasa por el lado un nota en bicicleta (esta zona está muy concurrida por ciclistas), pero no le echamos cuenta. Al rato nos lo pillamos detrás de un Mercedes, cuando vemos incrédulos como le pega un "pazón" al coche (la verdad es que el coche iba lento), pero es que nos cuesta por lo menos 2 kilómetros conseguir pasar al "nota". Cuando por fin lo pasamos, y nos vamos acercando a Málaga, nos paramos un momento en el arcén cuando nos pasa por el lado como un misil....ya no volvimos a verlo... ¡qué máquina!. Para terminar el día nos calló un tormentazo de agua desde Ardales hasta La Jara (y eso que decían que no iba a llover mucho; parecía que tiraban el agua con cubos). Como decía antes, el tramo desde La Jara hasta Osuna la hicimos bastante lentos, pues a mí me pegó un par de trallazos la rueda delantera, pero es que a Luis se le fue entera y tomó una curva a estilo dirk-trak, utilizando toda la carretera con la moto cruzada. Al final un café, comentar con los colegas la salida y preparar la siguiente ruta que ahora es cuando llega el buen tiempo.
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