Hace unos 2200 años, el imperio romano comenzó la conquista
de la Península Ibérica. Tras siglos de luchas constantes con los pueblos
autóctonos consiguieron doblegarlos. No sólo por medio de la fuerza, sino
instaurando poco a poco sus costumbres y su forma de vida, digamos que más
civilizada. De este modo enseñaron su
legua (el latín), sus técnicas de construcción, de cultivo, calendario,… Este
proceso, con el que consiguió expandirse por media Europa, el norte de África y
el Oriente Próximo, se llamó “romanización”.
Bueno… Pues viendo como van las cosas estos últimos años por
nuestra querida “piel de toro”, creo que estamos sufriendo un proceso parecido.
En este caso no podemos llamarlo romanización, sino más bien “americanización”.
Cada vez, son más localidades hispanas las que celebran la fiesta de Halloween.
Los niños se disfrazan y van haciendo la ronda llamando a las puertas con la
típica consigna de “¿Truco o trato?, llenando de huevos las fachadas de
aquellas personas que desconocen esta tradición que no tiene nada que ver con
nosotros y que se sorprenden al ver un puñado de monstruítos en la puerta de
sus casas en plena noche. Ya que se está promoviendo entre los niños/as de este
país esta tradición anglosajona, se podía informarles también que los niños/as
americanos e ingleses sólo piden chucherías en las casas que están decoradas
para la ocasión y que participan y celebran esta fiesta pagana.
Comprendo también que sean muchos los locales que se suben
al carro de celebrar esta fiesta, ya que todo lo que sea poner un reclamo para
hacer que el personal salga de sus casas para tomarse unas copas y dar un poco
de “vidilla” a los locales hay que aprovecharlo. Pero seamos justos y sinceros
con nosotros mismos… Esto es una invasión “yanqui”, pues de toda la vida el Día
de Todos los Santos y el Día de los Difuntos eran fiestas religiosas y de
recogimiento donde las familias pasaban por los cementerios a limpiar los
nichos y a poner flores en señal de recordatorio de aquellas personas queridas
que nos han ido dejando atrás, a lo largo de nuestras vidas. Pero las
tradiciones se van perdiendo, otras se modifican y otras se adoptan según
nuestros intereses. Y de este modo, una fiesta que supuestamente era “triste”
la hemos convertido en una festividad para aprovechar y montarnos una fiesta
del “copón”… Para eso somos únicos los españoles. Todo lo que huela a alcohol y
juerga bienvenido sea.
Pero no sólo veo ese proceso de americanización en las
fiestas, sino en muchas otras facetas. Por ejemplo, cada vez se ven más
usuarios de motos americanas, primando las “jarlys”, coches americanos como los
chevrolets. Pero aún más sorprendente es la afición por conseguir coches
americanos de los 60’s y 70’s, porque eso es lo auténtico… ¡Joder, con lo que
chupan!. Y si ves en youtube videos de grupos bikers japoneses parecen
ediciones limitadas de pequeños James Dean o Marlon Brandon en The One, pero
con los ojos rasgados… ¡¡¡La invasión es mundial!!!!
¿Qué va a ser lo próximo?... ¿Acción de gracias?... ¿El día
de la Independencia?... Noooo. Eso si que no… Porque si algún españolito se le
ocurriera colgar de su balcón la bandera de España, sin haber ganado un Mundial
o una Copa de Europa de fútbol, no es un patriota….. ¡Es un facha! Para eso si
que nos bastamos y nos sobramos solos los celtíberos sin tener que copiarnos de
nadie… Para tirarnos piedras sobre nuestro tejado y ver la paja en el ojo
ajeno. Así nos va.
Yo por lo pronto voy a seguir con mis costumbres hispanas y
castizas… Escuchando rock and roll, montando en mi sportster y bebiendo Jack
Daniel’s, porque a mí no me americaniza nadie.
Nos vemos en la carretera. (José
Mª Rodríguez)
Creo que tienes razon, los españoles nos hemos vuelto esponjas y absorvemos todo lo que viene de fuera en demerito de lo que tenemos, que siempre es mejor que lo que nos viene.
ResponderEliminarSaludos.
Amén.
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