El pasado domingo 2 de junio se celebró en el Pub Benjumea de Lantejuela el Primer Rastro-Biker. La idea era bien sencilla: organizar un encuentro en el que cualquiera que tuviera en su garaje piezas que ya no le sirvieran o no las quisiera, pudiera ponerlas a la venta para alguien que pudiera estar interesado en ellas; un lugar donde poder ver las carreras del Gran Premio de Muggello o escuchar buena música de fondo; un lugar donde poder conocer gente apasionada por las motos y compartir unas cervezas o unos tragos de Jack.
Sabíamos que la propuesta era arriesgada al coincidir con otros eventos moteros en localidades cercanas a Lantejuela, pero la fecha estaba decidida desde hacía muchas semanas y había que tirar para delante. A primera hora de la mañana ya estábamos Jesús, Marín y yo en el "Benju" para desayunar y montar nuestros pequeños stands (fuimos los únicos que nos animamos a llevar algunas cosillas). La mañana iba pasando y nos entreteníamos con la conexión del G.P. de Italia ya que no parecía que viniera demasiada gente, y la gran parte de la peña había salido a marcarse unos kilómetros antes de dejarse caer por aquí. Sobre las 11:00 comenzó a llegar algo de más personal; unos en solitario, algunos grupos que iban de paso para las concentraciones cercanas pero que quisieron dejarse caer por aquí, familiares y amigos que venían con el insano propósito de tomarse unas cervezas y disfrutar del ambiente, etc. Entre ellos, se dejaron caer por aquí un matrimonio de Murcia que conocimos el viernes anterior y que venían de paso para acercarse a la concentración de Cazalla de la Sierra (ha sido todo un honor conoceros y sigue en pie lo de vernos en Letur). Entre cervezas y risas empezó a animarse la cosa sobre las 12:00. No se vendía nada de los puestos pero la cerveza no dejaba de correr y los encuentros con viejos amigos que se dejaron caer por aquí nos hicieron pasar un buen rato hasta que se encendió la barbacoa y se comenzó a servir la paella que estaba buenísima. Y claro está: después de la comida lo suyo es ayudar al estómago a hacer la digestión con un licorcito. En esta ocasión Benju se había aprovisionado de un buen número de botellas de Jack, y de un nuevo licor de Jack Daniel's con miel que triunfó entre los más borrachos. Entre chupitos, copas y R&R fue pasando la tarde, donde casi todos nos fuimos con un recuerdo de nuestra bebida preferida y con la sensación de haber pasado un buen rato entre amigos.
Se rumorea que Benju tiene intención de repetir cada domingo a comienzos de mes lo del mercadillo. Yo seguiré llevando mis piezas, aunque no sé si las venderé, pero de lo que estoy seguro es que alguna que otra cerveza caerá mientras paso la mañana entre amigos.
Nos vemos en la próxima.
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