Reconozco, que me encanta escuchar sonar mi móvil los viernes cuando va cayendo la tarde, puesto que eso significa en la mayoría de los casos, que algún colega está interesado en salir a rodar durante el fin de semana. Es más, hasta espero con impaciencia que el móvil suene cuando van llegando las 20:00 horas y aún no me ha pegado un toque nadie. Este viernes ha sido de esos en los que el móvil ha sonado en un par de ocasiones. Un par de mensajes después, y todo estaba listo para vernos en un punto concreto de la ruta: en este caso habíamos quedado en la Nueva Andalucía, pues era el lugar que mejor nos venía para los que salíamos desde Lantejuela, Córdoba, La Puebla y Osuna; cinco motos y seis personas con ganas de hacer kilómetros y de conocer localidades de esta ruta cultural y "vinícola" de la provincia de Cádiz. Al salir de nuestro punto de reunión, me sentí como un auténtico mono de feria, pues todos los "guiris" que se habían bajado de un autobús, estuvieron pendientes de nosotros hasta que desaparecimos del aparcamiento dejando tras nosotros el bramido de los escapes de nuestras burras.
La ruta fue de los más atractiva, a pesar de que las carreteras por las que rodamos no eran demasiado curvilíneas y los paisajes que nos acompañaban eran principalmente de campos de cultivo sobre suaves lomas y colinas. Pero todo eso quedaba como "pecata minuta" cuando llegábamos a las diferentes localidades por las que pasamos, y nos revelaban sus encantos. En Sanlúcar, el imponente castillo de Santiago (por lo visto sólo se abre en verano) y el Palacio de los Duques de Medina Sidonia, del que pudimos disfrutar de sus frondosos y acogedores jardines, plagados de "guiris" dedicándose a la pintura. Desde sus murallas, se podía divisar toda la localidad, contemplando al fondo, el océano Atlántico. En Chipiona disfrutamos de la visita a la Iglesia de la Virgen de Regla, junto al paseo marítimo, que nos permitió disfrutar de las vistas de la playa y de sus sirenas, así como del faro, el más alto de España y el quinto del Mundo. Desde aquí encaminamos nuestros pasos hacia El Puerto de Santa María, perseguidos algunas veces por la Guardia Civil; menos mal que no estaban interesados en nosotros. Después de fotografiar la Plaza de Toros, que es una de las más grandes de España, nos acercamos hasta las proximidades del puerto, para visitar el Castillo de San Marcos, que por desgracia también encontramos cerrado. Después de un pequeño paseo panorámico por la ciudad, encaminamos de nuevo nuestras monturas hacia el punto de salida, donde vinieron las despedidas y los deseos de volver a vernos pronto.
Reconozco que cada vez que hago esta ruta, la disfruto un poco más, puesto que cada vez, son más cosas las que voy descubriendo y encontrándome; además, siempre dejo algo por ver para tener una excusa para volver y disfrutar de todos los atractivos de esta ruta. Si quieres conocer más sobre ella, pincha aquí. Pero si hay algo que realmente merece la pena de un día de motos, es pasarlo en buena compañía y con personas que disfrutan de sus motos; nos vemos en la próxima salida.
Ya puedes ver las fotos en el álbum de Rutas de Primavera 2011
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