REFLEXIONES EN LA CARRETERA: ¡ESTOY ENFERMO!

Las señales eran claras, pero yo no las veía. Y es que no hay más ciego que el que no quiere ver. Mi novia llevaba tiempo advirtiéndome, mas yo siempre le decía que eran figuraciones suyas...¿eso cómo iba a ser?. Los amigos me lo dejaban caer y yo seguía pensando que todos estaban equivocados. Pero el otro día la realidad se tornó clara como el agua y me golpeo de lleno, haciéndome consciente de todo.

Hola; me llamo José Mari y soy adicto a las motos customs

Llevo desde 1.993 montando en motos customs; primero fue mi querida Vulcan 500, que me acompañó fielmente durante 13 años; y después llegó mi preciada Sportster, con la que mantengo una relación de amor-odio desde hace 5. Al comienzo de mi andadura por el mundo del custom hacía lo que cualquiera de nosotros; cogía la "burra" para hacer rutas con los colegas o para acercarme hasta una reunión donde tomar unas cervezas y conocer gente...¡lo normal! Pero desde hace unos años a este punto, toda mi vida gira alrededor de la moto. Los días son un pasar continuo del tiempo hasta que llega el momento de subir a la moto y pasar todo el día encima de ella. Mi casa está llena de revistas del sector custom que no me leo: ¡me las estudio! Quiero conocer hasta el último detalle de las transformaciones que se publican, estar al tanto de los modelos nuevos que salen y de sus características,... y mis ratos de descanso en el "curro", me dedico a leer las revistas virtuales como El Diablo o Chopperon, teniendo que limpiar después el teclado de las babas que voy derramando a medida que voy viendo las fotos de las impresionantes motos que por allí se exhiben; de hecho, ya no me llevo la Interviú o la DT al WC, sino la Mondo Biker o la Xtreme Bike; y eso, amigos míos, es de estar enfermo. Mis relaciones personales han decaído también: ya no me invitan a tomar el café en casa de ningún amigo, porque dicen que soy monotemático, que sólo hablo de motos y que siempre trato de llevar las conversaciones al mismo tema...¿qué hago? No me gusta chismorrear, no me gusta el fútbol, no me gusta la política, no me gusta hablar de sexo (prefiero practicarlo),... Eso es otra; ya no me pone que la parienta me diga guarradas: ahora lo que me pone a cien es que haga el ruido de un buen Big Twin en relentí. Antes tenía colegas de toda condición y estamentos sociales, cuando ahora comparto mis ratos con colegas que suelen oler a gasolina y a cuero. La música que suena en el coche y en casa me hace evocar las salidas en moto con mis colegas, imaginándome rodando libre por esas carreteras de Dios. Mis ratos de ocio los dedico a ver vídeos de American Choppers, de Jesse James o documentales como el de Choppertown, que sin saber inglés ya casi me lo sé de memoria; youtube me muestra vídeos de motos customs nada más abrirlo, pues sabe que son los únicos que me interesan. Y no veas las peloteras que me lía la parienta porque la indumentaria que solía ponerme para ir en la burra ahora ha pasado a ser mi vestuario de diario: para ir al curro, para ir a eventos familiares y sociales,... Y todo esto sin darme cuenta. Para mi era algo normal y no era consciente de mi adicción hasta el pasado jueves. En el curro (soy maestro), me tocó sustituir a la compañera de infantil y tuve que meterme una hora con los "pequeñines", así que hice lo normal cuando uno llega nuevo a un sitio: presentarme. -"¿Sabéis quién soy?" Y se me acerca una pequeñaja con cara de ángel que se me queda mirando con ojos tiernos y me dice: -Tu eres el "maestodejimnasia". Que siempre viene vestido con chándal o con ropas de motero. Y eso fue el desencadenante de la revelación; ahí me hice consciente de que toda mi vida está influida por el mundo de la moto. Lo vi todo claro: el mundo custom es un virus que se mete por la sangre y llega a dominar todos tus órganos y sentidos, haciéndote esclavo de su dominio. Espero haberlo detectado a tiempo y poder curarme: he decidido suscribirme a una revista del corazón para dejar de lado las revistas de motos, comprarme la colección completa de Jaques Custeau para dejar los vídeos de construcción de motos, he quedado con la parienta para ir en las rebajas al Zara para comprarme unos cuantos pantalones de pinza que no sean negros y unos polos de colores chillones que me hagan olvidar las camisetas de las concentraciones. En las reuniones en las casas de los colegas callaré y asentiré mientras escucho con atención diferentes temas,... espero que todo esto sirva para curar mi adicción.

¡Y un mojón! Bien pensado, para que quiero cambiar...soy feliz así y eso es lo único que importa en esta vida: buscar la felicidad. Hay quien la encuentra en el deporte o en el cine; a mi me gusta viajar con mi moto y saber un poco sobre el mundo que envuelve al custom, así que por ahora me quedo como estoy y con mi adicción... y al que no le guste que se j..... y si tu también estás enganchado al virus del custom algún día nos veremos en la carretera.

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