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TU BLOG DE RUTAS POR ANDALUCÍA

sábado, 22 de septiembre de 2012

MOTO-ALMUERZO RUTA 340

 La tienda de accesorios customs Ruta-340 suele celebrar, con buen criterio por cierto, un par de almuerzos moteros al año junto a las instalaciones de su tienda. Es una buena forma de promocionar la tienda, ya que son muchos los bikers que pasan por ella, y muchos los que "pican" comprándose ese accesorio que llevaba tiempo buscando para su moto o renovando su vestuario eligiendo alguna de las muchas camisetas que cuelgan de las perchas con diversidad de iconografía biker. Yo había estado hace unos años en uno de sus almuerzos cuando la tienda estaba aún al otro lado de la travesía, con José "El Muni" y con su mujer Isabel, y nos lo pasamos bastante bien, así que como cualquier escusa es buena para bajar hasta la playa aprovechando el final del verano, nos pusimos de acuerdo para marcarnos unos kilómetros por la Axarquía antes de llegar a la fiesta.
Como siempre, el punto de reunión fue la gasolinera de Osuna, donde ya estaban Miguel, Marcos, Asum, Balme y Bybi, esperando cuando llegué con Flori. Mientras repostaba llegó desde Écija, Antonio con su Electra, que parece que está interesado en formar parte de nuestro pequeño grupo. Tomando la A-92 en dirección Málaga, hicimos un pequeño alto para recoger en La Roda a José e Isabel, continuando por autovía hasta Antequera, donde dejamos la A-92 para subir por la Cuesta del Romeral y así tomar algunas curvas. Como el personal estaba un poco hambriento (la costumbre de no desayunar al levantarse) paramos en la Yedra antes de seguir por carreteras comarcales hasta Colmenar, donde tomamos, la siempre atractiva carretera A-356 que baja hasta Vélez-Málaga, pasando junto al embalse de La Viñuela. En esta ocasión entramos en Vélez para subir hasta su Alcazaba, no sin antes perdernos un poco por sus estrechas y empinadas cuestas, pero si no nos perdemos no es una ruta Customs-Bikers completa. El paseo nos sentó muy bien para estirar las piernas, rodeando las murallas y las altas torres, disfrutando de las vistas de la ciudad y del mar. Por desgracia nos encontramos la alcazaba cerrada y la llave que llevaba José no valía. Se ve que cambiaron la cerradura desde que el dejó su puesto de vigilancia cuando hizo la mili a en las legiones de Abd-Ramán.
Tras unos 15 kilómetros rodando junto al mar, ya estábamos en uno de los aparcamientos preparados para el evento, dejando las motos y los cascos amarrados para no tener que cargar con ellos. Un paseo de reconocimiento por el aparcamiento nos hizo disfrutar de algunas maravillas sobre dos ruedas que andaban por allí. Muchos visitantes, con cerveza en mano y enfrascados en sus conversaciones, dejaban pasar el tiempo mientras que la agradable brisa del mar nos refrescaba, ya que los toldos colocados para la ocasión, apenas cumplieron con su cometido. Junto a la tienda había tres tenderetes que llamaron mi atención. El primero era de una academia-estudio de aerografías de Torrox llamada la Rotonda, con varios trabajos expuestos para deleite de los bikers que se acercaban a verlos. Merece la pena entrar en su página y echar un vistazo. Junto a él, había una carpa de la empresa Route 66 Experience, que se dedica a organizar viajes por los EEUU en Harley, y con el que mantuvimos una agradable charla sobre las diferentes actividades que organizan. Por último, el tercer puesto estaba dedicado en su mayoría a la venta de pegatinas, camisetas, tazas y mecheros con fuerte sabor a la legión, que no dejaba de ser algo curioso de ver.
Tras la inspección del terreno y saludar a muchos amigos que andaban por allí, entramos en la nueva tienda, que os aseguro que ha ganado en cuestión de metros de exposición, y allí nos pusimos los dientes largos con todos los accesorios y ropa que adornaban las estanterías y las perchas.
Cerveza en mano y sentados en las mesas, dejamos que pasara un poco el tiempo hasta la hora de comer, en la que se sirvió un rico pollo asado (pechuga o muslo) con guarnición de picadillo, que estaba muy rico. Con la barriga llena. nos acercamos a los chiringuitos a pie de playa para tomarnos un café, y tras éste, volvimos al recinto para participar en el sorteo de varios regalos que entraban con la inscripción de 10€ (camiseta, comida, 3 cervezas, sorteo,...muy completo). A Bybi le tocó un casco, y tras el sorteo, se lanzaron al respetable un buen montón de camisetas y otras "chucherías" para dar paso al concierto. Nosotros, que todavía nos quedaba un buen trecho de vuelta, decidimos tomar el camino de regreso, llegando a casa sobre las 20:00 sin incidentes en la carretera. Eso si. En la parada que hicimos para tomarnos un café, tropezamos en la barra con una pareja con parche a la espalda pero que no reconocí su procedencia. Serían amigos de Greanpeace, porque iban de verde.
Nos vemos en la carretera.


sábado, 15 de septiembre de 2012

I MOTO-ACAMPADA DE CASARICHE (Sevilla)

Hacía varias semanas que se había puesto en contacto con nosotros un sobrino (político) de Miguel Peña, para comunicarnos que se iba a celebrar en la localidad sevillana de Casariche la I Moto-Acampada de Los Catastróficos en Casariche. Por cercanía o por disponibilidad del día, al final nos juntamos un buen número de peña y nos acercamos hasta la reunión. Hacía bastante tiempo que no veía un grupo tan nutrido de Customs-Bikers rodando juntos y se notaba que hacía tiempo que no lo hacíamos porque la formación en carretera era de p...pena jejejeje. ¡La falta de costumbre! Ya irá saliendo mejor. El caso es que cuando llegamos al recinto de la reunión, que tenía lugar en el pabellón cerca del cauce del río, vimos que no había demasiada gente, y la mayoría del personal montaba sobre "pepinos" de muchos colorines. En seguida llegaron la sobrina de Miguel y su esposo a recibirnos. Por cierto, llevan un periódico digital de la localidad, así que si quieres ver la noticia del evento pincha aquí: Tesselas de Ventippo
Tras la inscripción, a pesar de haber llegado tarde, nos indicaron el local donde podíamos ir a desayunar con  el ticket de la inscripción. Al regresar al recinto, nos encontramos a bastante gente que había ido llegando desde distintos puntos, y por supuesto, nos encontramos con algunos miembros de Las Záguilas del Saucejo, a los que siempre es un placer saludar. No nos había dado tiempo a digerir el desayuno cuando ya estábamos montados para dar la vuelta barítima, donde además de gastar algo de gasolina, nos refrescamos por dentro con la gran cantidad de cerveza que se fue sirviendo en las dos paradas que se hicieron. Como fueron algunos de los asistentes los que medio en broma, medio en serio, se quejaron porque no había refrescos ni cervezas sin alcohol, nos explicaron que los errores de organización se debían a que todo se había montado en cuestión de un mes, que era la primera vez que hacía algo así, y todo gracias a tres chicas que han llegado al grupo recientemente y son las que han puesto "patas-arriba" a todos Los Catastróficos.
Al regreso al pabellón, dimos buena cuenta del arroz que se sirvió, que estaba buenísimo, y posteriormente pasamos a la entrega de trofeos donde nos llevamos el de Moto-club con más inscritos (o era aquí o no será nunca). Algunos de los nuestros volvieron a casa con varios regalos que les había tocado en el sorteo (Manolo con otro casco) y un montón de camisetas que se tiraron al "tendido". Mientras tanto había llegado José e Isabel que se habían acercado a otra concentración por la mañana. Tras el rotundo fracaso por parte de varios de nosotros en el concurso de sonido, recogimos los bártulos y emprendimos el regreso a casa, no sin antes hacer una parada en Gilena para dejar a Manolo y a su hijo y tomarnos un café.
Desde aquí queremos agradecer a la organización del evento (Los Catastróficos) su atención y las ganas puestas en este tipo de eventos, y por supuesto, a los sobrinos de Miguel por su buen trato y simpatía.
Nos vemos en la carretera
PRÓXIMAMENTE PODRÁS VER EL VÍDEO CON LAS FOTOS



miércoles, 12 de septiembre de 2012

DE CASTILLO A CASTILLO


Cuando llegué de nuestra ruta por tierras leonesas y extremeñas venía convencido de dejar la siguiente semana en claro sin tocar la moto, principalmente porque el domingo tenía un evento familiar y no iba a poder salir. A comienzos de semana hablando con Rafa, me enteré que se iba a acercar hasta Lucena para recoger su moto en Territorio Motero, así que quedé con el para vernos allí y desayunar juntos. Aprovechando la coyuntura, avisé a algunos colegas por si querían acompañarme hasta Lucena y después acercarnos hasta la localidad de Zuheros. Perfecto. Todo se estaba cuadrando para hacer unos pocos de kilómetros para el sábado. A medida que iba llegando el fin de semana, me dicen que han surgido algunos problemillas y me ahorro tener que ir al evento familiar del domingo, mientras que los colegas me van preguntando si hay algo para el domingo; Como la carne es débil y me acordé que ese fin de semana se celebraban Las Jornadas Medievales de Alanís, quedamos para hacer una ruta hasta dicha localidad de la Sierra Norte, aprovechando un alto en el camino para enseñarles a algunos de los colegas que venían las concurridas Cascadas del  Huésnar.
Resultado: otro buen puñado de kilómetros entre los dos días; más visitas a castillos: el de Zuheros volví a encontrarlo cerrado, mientras que el de Alanís estaba totalmente decorado para las jornadas medievales, al igual que la Ermita de San Juan, donde había una exposición de armas y armaduras; monumentos naturales, de piedra y hasta alguno de carne y hueso; cervezas bien acompañado de los amigos y amigas, entre los que volví a rodar con algunos de ellos después de bastante tiempo.
Un fin de semana de esos que sin haberlos preparado a conciencia salen de p...madre.

Nos vemos en la carretera


lunes, 3 de septiembre de 2012

POR TIERRAS LEONESAS Y EXTREMEÑAS (Último capítulo)

Sábado- 8:30 de la mañana. Abro el balcón de mi habitación y me encuentro las paredes del monasterio frente a mí. Hemos llegado al final de nuestro viaje pero aún nos falta todo el día para disfrutarlo. Hemos quedado a las 9:00 en la terraza del hostal para desayunar antes de ir a visitar la basílica y el monasterio. Por desgracia nos toca el camarero más "malaje" de toda la localidad. Desayunamos rápido y nos vamos a dar una vuelta por la localidad antes de que comience la visita a las 10:00am..La entrada a la basílica es libre, por lo que nos encaminamos hacia ella y pasamos unos minutos disfrutando con la vista de su suntuoso retablo, sus ricas columnas y sus bóvedas. Son muchos los devotos que pasan por aquí y se postran ante la "Señora" de la villa mostrándole culto. Por si acaso; ya que estamos; le pido para que nos permita regresar a casa sin contratiempos.
Desde la basílica nos vamos para el monasterio y pagamos los 4€ que cuesta la visita, contando con un guía que nos llevará por sus museos, su claustro y por la sacristía. El claustro es la única parte de todo el monasterio en la que te dejan echar fotografías y una vez que termine la visita. Entre las estancias que se pueden ver se encuentran varias salas con exposiciones de bordados, con algunas prendas de varios siglos de antigüedad (la de los oficios de difuntos me recordaba al parche de los customs-bikers con tantas calaveras); exposiciones de libros miniados, que se utilizaban para los cantos de los frailes; y de obras pictóricas y escultóricas de varios artistas entre los que se encontraban Goya, Zurbarán, El Greco,...e incluso un pequeño crucifijo de marfil tallado por Miguel Ángel, según se creía. Pero lo más fastuoso, sin duda alguna, fue la sacristía, apodada como la pequeña Capilla Sixtina, por los frescos que adornan toda la estancia y las obras de Zurbarán, y las sala donde se encuentran un sin fin de reliquias de santos y donaciones de devotos de la Virgen de Guadalupe. La visita quedaba terminada aquí, y desde este momento, se haría cargo de nosotros un fraile franciscano (los jerónimos fueron expulsados) que nos llevó hasta la mismísima imagen de la Virgen. Cualquier persona que solicite ver a la Virgen pero que no quiera pagar la visita por el monasterio es libre de decirlo en recepción y un fraile le llevará hasta Ella si coste alguno, ya que dicho templo es un centro de peregrinación y cualquier persona puede rendir culto sin tener que pagar. Desde el claustro accedimos a la Hospedería del monasterio (la próxima vez me alojo aquí) para salir del templo y nos dirigimos en busca de las motos para volver a cargarlas y tomar rumbo sur hacia nuestra tierra, saliendo de la localidad por la pintoresca Calle Sevilla.
Desandando nuestros pasos del día anterior, volvimos a subir Puerto Llano, pero en esta ocasión, en lugar de seguir hacia Cañamero, tomamos el desvío de Obando durante algunos kilómetros, ya a unos 5 kms nos encontramos el desvío de Valdecaballeros. Hasta esta localidad las carreteras son anchas, con arcén y con un asfalto bastante bueno, siendo el trazado muy rápido ya que las curvas son en su mayoría bastante amplias y largas, lo que facilita la conducción. Desde Valdecaballeros hasta la presa del Embalse de García de Sola, la carretera se estrechó un poco y se volvió un poco más rugosa aunque sin ser molesta. Lo que si cambió fue el paisaje, que recordándome al Chorro (Málaga), nos dejó estampas preciosas del embalse entre las montañas cubiertas de enormes pinos. Desde el poblado de la presa hasta Talarrubias el asfalto cambió a peor, obligándonos a ir un poco más despacio y esquivando baches y grietas en la calzada. Este pueblo fue el elegido para repostar tanto nosotros como las motos, aprovechando para preguntar por un buen sitio para comer en el siguiente pueblo: Puebla de Alcócer, que mostraba en su perfil el castillo que antaño vigilaba este paso y que hacía unos años ya visité con Luisiyo. Por unanimidad escogimos La Huerta, junto a un antiguo convento derruido. Por 10€ nos comimos un menú que quitaba el sentido.
Saliendo de la localidad en dirección Cabeza de Buey, comenzamos a rodar por una atractiva carretera por su curvilíneo trazado, que nos llevó a atravesar por varios puentes el embalse de La Serena, entrando en Andalucía poco después de abandonar dicha localidad. A partir de aquí, y hasta que llegamos a Alcaracejos, la carretera se volvió bastante aburrida ya que era una sucesión de largas rectas. De este tramo sólo destacar la silueta del castillo de Belalcázar y la parada junto a la catedral de Hinojosa del Duque para tomar un café y que casi nos cuesta una multa por aparcar en zona prohibida; menos mal que el municipal se enrolló al final.
Una vez que llegamos a la N-432 propuse de evitar la autovía desde Córdoba, metiéndonos por la Sierra de Hornachuelos a través de Villaviciosa, ya que Manolo no conocía esta bonita carretera. No fue una buena idea, ya que esta carretera cuenta con un sin fin de curvas y es muy estrecha, por lo que te obliga a ir muy tranquilo, y después de todo lo que llevábamos encima nos resultó muy pesada hasta que llegamos a Posadas. Desde aquí, Palma del Río, Écija y despedida en el cruce de El Rubio, donde cada uno tiró para su casa después de un fuerte abrazo, con el deseo de volver a repetir la experiencia. Y para ser sincero y sin querer parecer pelota, diré que con compañeros de viajes como los que he tenido, me importa un caraj... el destino. Sólo espero que en el próximo podamos juntarnos algunos más.
Nos vemos en la carretera.
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sábado, 1 de septiembre de 2012

POR TIERRAS LEONESAS Y EXTREMEÑAS (Capítulo V)

9:00 am; abro los ojos con el sonido de la alarma y además de pensar en el sueño que tengo todavía, me embarga un sentimiento de pena al pensar que es nuestro penúltimo día de ruta. Hoy toca comenzar a descender hacia el sur para acercarnos hasta la localidad de Guadalupe, teniendo en nuestro itinerario el paso por el P.N. de Monfragüe y la monumental Trujillo.
Pero antes de montarnos en las motos tenemos un par de tareas pendientes: por un lado la visita a las catedrales, ya que Plasencia cuenta con dos, que están unidas pero no revueltas: la catedral nueva, mucho más recargada, y la catedral vieja, con un claustro por el que es una maravilla pasear.
La otra tarea encomendada era comprar algunos décimos de lotería que nos habían encargado y ya de paso comprar alguno para nosotros. Al entrar en la Plaza Mayor, donde nos habían indicado una administración de lotería, nos encontramos a una persona vestida de cowboy, con sombrero y botas vaqueras así como un chaleco de cuero, que nos saludo de lejos. Le devolvimos el saludo pero todo quedó así. Al acercarnos a la administración después de desayunar nuestra sorpresa fue mayúscula al encontrarnos al cowvoy dentro de la ventanilla. Resultó ser el propietario de la administración, que está registrada como la Nº1 de Plasencia y a nombre de "El Lotero Motero". El sello de nuestros billetes lo confirman. Se salió de la ventanilla y estuvo hablando con nosotros un rato. De hecho hasta nos enseñó algunas fotos de su Sportster. Un tío muy majo. Le dejamos la promesa de volver si nos tocaba el gordo para invitarlo a cenar.
Tras sacar las motos de la cochera y volver a cargarlas, salimos de las murallas para tomar la carretera EX-208 que nos llevaría hasta Trujillo pasando por el PN de Monfragüe. La carretera estaba cojonuda aunque un poco estrecha; pero me decepcionó un poco al encontrarme un terreno más árido, si lo comparamos con los bosques que habíamos atravesado los días anteriores, siendo lo único más destacable la junta del río Tiétar con el Tajo y el Salto del Gitano, donde podíamos ver volar por encima de nuestras cabezas algunas parejas de buitres. Una vez que pasamos de Torrejón Rubio todo el paisaje se tiñó de dehesas y campos de cultivo en un terreno muy llano, que nos permitía ver las rectas kilométricas que se perdían a nuestra vista. Con semejante panorama llegamos a Trujillo, donde entramos buscando la Plaza Mayor para fotografiarnos con el gran conquistador Francisco Pizarro y comer algo allí. También en la plaza nos dimos cuenta que nuestro amigo Manolo Carvajal estaba bien posicionado hace unos siglos, enseñándonos el palacio de sus ancestros. Durante el almuerzo, una pareja muy amable que estaba comiendo a nuestro lado, nos invitó a dejar los bártulos en su farmacia mientras visitábamos la ciudad, lo que fue un detalle a agradecer. Con menos peso sobre nuestros hombros subimos en moto hasta la zona más alta de la ciudad, donde se encuentra la alcazaba, y entre piedras y viejas casas señoriales nos sentimos parte de la historia. Después de tomar el café en el parador (este no nos gustó demasiado) y visitar la iglesia que se encuentra junto a la estatua del conquistador, salimos de la localidad en dirección Guadalupe dando un pequeño rodeo ya que nos habían avisado que las carreterillas más directas estaban hechas una pena. Hasta la localidad de Cañamero el paisaje y el trazado era muy monótono y aburrido, pero en el momento que comenzamos a ascender por la carretera con un firme en muy buen estado y con un trazado serpenteante entre las montañas volvimos a disfrutar de lo lindo. Sobre las 19:30 arribamos a Guadalupe haciendo un alto en uno de los miradores de la localidad si subes por la carretera de Guadalupe sur. Hay que dar más vueltas pero las vistas lo merecen. Aquí tampoco llevábamos nada concertado pero sí tenía vistos algunos hostales por internet, y el que destacaba por precio era el Hostal Alfonso XI, que no tuvimos ningún problema para encontrar, ya que está en la travesía de la ciudad a menos de 50 metros de la plaza de la Basílica de Guadalupe y frente a uno de los laterales del monasterio. El problema es que no había sitio ni en la calle para dejar las motos. La chica que nos atendió nos dijo que iba a llamar a su jefe por si podía guardarnos las motos en una cochera que tenía a 200 metros. ¡Bingo! Las motos volverían a dormir bajo techo. Mientras las chicas se instalaban en las habitaciones con vistas al santuario, nosotros fuimos con el jefe a soltar las motos. Al atravesar la plaza de la basílica, donde se estaban fotografiando unos recién casados, dimos un poco la nota con el ruido de nuestras "burras", pero al atravesar la calle Sevilla, que es una de las más bonitas de la localidad, también lo hicimos ante el asombro de mucho vecinos que estaban sentados al fresco. Lo que se suponía que serían 200 metros, se convirtió en un paseo de casi 2000 metros hasta la otra punta de la ciudad.
Una vez duchados, bajamos a la terraza del bar del hostal para tomarnos una cerveza y allí nos informaron que se celebraba durante el mes de agosto la "Ruta de la Tapa", recomendándonos varios locales donde poder degustar algunas de las tapas que entraban a concurso. De este modo probamos el flamenquín de ciervo, el hojaldre relleno (exquisito) y una carrillera que terminó de saciar nuestro apetito. Con el estómago lleno, tocaba tomarse un gin-tónic para bajar los ardores en alguna de las muchas terrazas que hay en esta población. Resultó que el lugar escogido también era del dueño del hostal, y estaba decorado con viejos carteles de películas que le daban un toque muy guapo. Tras el paseo por algunas de las calles más pintorescas y algunos locales, tocaba irse a descansar, ya que por la mañana íbamos a visitar el monasterio de Guadalupe y la Basílica y después nos esperaban algo más de 300 kilómetros de regreso a casa.
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