

Desde que repostamos en Fuentes de Andalucía, nos pegamos un buen tirón hasta llegar a la antesala de la Trassierra de Córdoba después de dejar atrás Medina Zahara. Allí paramos a tomar un café y calentarnos un poco, aunque bien es cierto que no hacía mala temperatura. Mientras esperábamos que nos sirvieran llegó Rafa Duque (enseguida os daréis cuenta de qué fotos son mías y cuales son de él), con el que desayunamos después de una hora de espera a causa de la velocidad del camarero. Desde allí, nos adentramos en la sierra. Esta carretera tiene un encanto especial para mi. Me encanta en todos los aspectos,... su trazado, sus vistas, las estampas que presenta, las bóvedas que forman los árboles sobre la carretera,... y lo mejor de todo es cuando vas con gente que no la conoce y ves en sus caras que se han quedado tan fascinados como yo la primera vez que la atravesé. Nos hartamos de curvas de la Trassierra y de la Sierra de Hornachuelos, parando en algunos lugares donde las vistas eran una pasada. Lástima que la cámara no sea capaz de plasmar toda la belleza del lugar.
Lo que si tengo claro es que voy a tener que volver para adentrarme por los caminos, pues busqué en internet unos lugares que me recomendó Rafa y desde luego merecerá la pena darse una caminata para fotografiarlos y disfrutarlos (Baños de Popea).
A parte del encuentro de Luisiyo con un gorrión kamikaze que se estrelló contra su casco, la ruta transcurrió sin ningún incidente, disfrutando de una buena mañana entre amigos.
Espero que la semana que viene se apunte más personal.
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