-"Niño, el sábado a las 9:00 tengo que estar en Sevilla para un curso de formación y después hemos quedado las compañeras para ver los temas de las oposiciones de este año. Podías quedar con tus amigotes de las motos......; ¡joder!... Podías esperar a que terminara de hablar antes de llamarlos"
¿Un sábado entero para mí solo?... Eso había que aprovecharlo para hacer una ruta de kilómetros, y como hacía tiempo que tenía ganas de rodar por una carretera de la que había oído hablar por el sur de Badajoz, había que proponérselo a los colegas. La ruta rondaría por algo más de 400 kilómetros, y al ser sábado, ya sabía que muchos compañeros no podrían acompañarme, pero siempre hay algún loco suelto dispuesto a compartir buenas rutas y kilómetros. En esta ocasión, se animaron Pedro con su iron y Pablo con su street bob, ambos de Lora del Río, así que lo lógico era que yo los recogiera en su pueblo y saliéramos en dirección a la provincia de Badajoz, atravesando la Sierra Norte (la próxima vez os toca a vosotros madrugar).
A las ocho de la mañana, salía de Lantejuela con los ojos legañosos y con un frío más propio de invierno que de primavera, en dirección Lora del Río. Fui puntual y a las 8:45 ya estaba en la gasolinera que habíamos escogido como punto de encuentro con el depósito lleno. Allí ya estaba Pedro, y Pablo no tardó en hacer sonar el motor de su máquina llegando al punto de encuentro.
Tras los saludos de rigor, comentamos por dónde va a transcurrir la ruta y nos ponemos en marcha en dirección Constantina para entrar en la Sierra Norte. La idea es llegar hasta Alanís y allí tomar la carretera de Malcocinado para entrar en la provincia de Badajoz y llegar hasta Azuaga.
¿Qué os cuento de este itinerario hasta Azuaga? La Sierra Norte estaba preciosa en primavera a primeras horas de la mañana, las carreteras estaban casi desiertas, el trazado es una maravilla para divertirse rodando, y la carretera de Alanís hasta Azuaga, tan divertida como la recordaba. Si no la conoces, deberías plantearte una ruta, y además, Azuaga tiene bastantes cosas que ver y visitar. La única pega de todo este itinerario, fue que no había forma de entrar en calor en medio de la sierra, y como en esta fechas, pecamos de pensar que el frío se irá pronto, uno no sale tan abrigado. Gran error. ¡Qué frío!... Además, hacía un aire de coj....
Como Azuaga ya la conocíamos, no nos paramos y seguimos nuestro camino. Tomamos la EX-111 en dirección Zalamea de la Serena, el pueblo que inmortalizó Lope de Vega en su obra "El alcalde de Zalamea". Este tramo, de unos 44 km, se hace un poco aburrido, ya que la mayoría del terreno lo forman campos de cultivo de cereal, alguna dehesa y con suerte, te encuentras alguna subida y bajada con curvas abiertas entre eucaliptos.
Al llegar a Zalamea, lo primero que destaca entre los edificios, son dos de las torres de su castillo, que se encuentra en pleno corazón de la localidad rodeado de casas. Nosotros nos dirigimos hacia el castillo y nos lo encontramos cerrado. Nos dijeron que fuéramos a buscar a los municipales a ver si nos lo podían abrir para visitarlo, así que seguimos sus indicaciones y nos fuimos andando. En el paseo nos encontramos con la Iglesia de Ntra Sra. de los Milagros y el distylo, que son dos columnas romanas colosales, que parece ser que son la imagen de Zalamea. No pudimos disfrutarlas demasiado porque el mercadillo ocupaba toda la Plaza de la Constitución y no era muy agradable caminar entre achuchones de señoras mayores y vendedores queriendo venderte ropa interior a euro. Como tampoco vimos a ningún municipal por allí, decidimos seguir nuestro camino.
Viendo la hora que era, decidimos dar otro tirón hasta Castuera, que se encuentra a poco kilómetros de Zalamea y allí tomar una cervecita para refrescarnos por dentro. Nos acercamos al centro de la localidad y aparcamos junto a la iglesia de Santa María Magdalena para tomarnos un refrigerio en una de los locales que rodean la plaza, y donde nos pusieron una croquetas buenísimas.
A partir de aquí, empezaba la carretera que estábamos buscando: la EX-104, que nos llevaría hasta Cabeza de Buey. Curvas amplias, la sierra a nuestra izquierda a modo de pared y algunas fortalezas en nuestro camino como las de Benquerencia de la Serena y la de Almorchón.
Al llegar a Cabeza de Buey, había que ir buscando el regreso a casa, y de este modo, pusimos rumbo al sur por la A-422, parando en Belalcázar para disfrutar de su patrimonio turístico y de su gastronomía.
¡Menuda panzada de comer! Tras hacer un poco de turismo y de tomar café, continuamos nuestro camino de regreso, sin prisas pero sin pausa... Bueno, con una pequeña pausa en Hinojosa del Duque para sacar una foto de la que es conocida como la Catedral de la Sierra y otra parada en Posadas, en la Sierrezuela para dejar que la sangre volviera a correr por nuestros culos, ya que como no íbamos demasiado mal de tiempo, decidimos atravesar la sierra de Los Villares desde el Cerro Muriano para llegar hasta la carretera de Almodóvar del Río y así regresar por Palma del Río, sin tener que pisar la autovía en ningún momento de todo el viaje.
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Extremadura Infinita, Febrero 2024
Hace 7 meses
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