Si la primera vez nos juntamos 5 miembros y en la segunda 7, en esta ocasión ya hemos subido a 9. Y como siempre decimos: "mientras más seamos más nos reímos". Y tanto que nos hemos reído. El fin de semana ha estado genial en todos los aspectos, aunque hemos echado en falta un poco más de ambiente nocturno en Cazorla, ya que después de recorrerla de arriba-abajo no encontramos ningún garito que realmente estuviera ambientado.Pero déjame que empiece desde el principio....
Desde el lunes anterior a la salida el grupo que tenemos creado de wassaph era un hervidero de comentarios. Las predicciones no eran buenas para el fin de semana y había quien decía de posponer la ruta y estaba la otra sección que decía que se iba si o si... Discutiendo estuvimos toda la semana a la par que se miraba cada 10 minutos las predicciones meteorológicas. El vienes por la tarde-noche vimos un rayo de luz ya que sólo se esperaba agua para el sábado y parecía que durante la mañana tendríamos una horas de ventaja sobre la tormenta... Así que se dio la consigna de salir temprano y de irnos por la ruta del califato en dirección Alcalá la Real y de allí empezar a buscar la localidad de Jódar para acceder por la Cueva del Agua en Tíscar a la Sierra de Cazorla. Las nubes y el suelo húmedo nos acompañó casi todo el camino hasta que nos fuimos acercando a nuestro destino, y con la calzada húmeda vinieron algún que otro patinazo de la rueda trasera que personalmente me pusieron "los pendientes reales" en la garganta. Disfrutando de carreteras secundarias bastante atractivas llegamos hasta nuestro primer destino, que era la visita a la Cueva del Agua, que algunos ya habíamos visitado anteriormente pero no por eso deja de merecer la pena. En esta ocasión nos la encontramos con menos agua, lo que decepcionó a más de uno. Desde aquí subimos al santuario de la Virgen de Tíscar, con intención de subir hasta el castillo, pero cuando vimos las empinadas escaleras que conducen hasta él, desistimos y tras almorzar algo continuamos hasta Quesada, donde nos tomamos un café y visitamos su casco antiguo.
En pocos kilómetros llegamos a Cazorla, más o menos cuando nuestro amigo Luis salía desde Osuna en nuestra búsqueda, acompañado de una persistente lluvia que no lo dejó hasta casi llegar a las 21:00 horas. Mientras el rodaba bajo la lluvia, nosotros visitamos la localidad después de dejar todo el equipaje en la casa rural que pillamos (Hotel Peña de los Halcones). Capacidad para ocho personas, con un amplio salón y cocina. Entramos nueve personas y salimos a poco más de 10 euros por persona. Muy recomendable.
Cuando Luis llegó a Cazorla ya estábamos en la Plaza de Sta. María tapeando y disfrutando de la hospitalidad serrana. Tras la cena, algunos tragos largos, muchas caminatas buscando algo de ambiente, para terminar en un garito motero llamado La Rana Verde, que aunque no había mucho ambiente, si pudimos escuchar buena música a base de contundente rock.
A la mañana siguiente, que llegó más temprano que tarde para algunos y acompañada de una buena resaca, nos levantamos para cargar las motos y dirigirnos hasta la Iruela, donde desayunamos y subimos hasta los restos de su castillo. Las escaleras me dejaron las piernas echas polvo. Desde aquí comenzamos el regreso hacia el hogar,haciendo una última parada en el casco histórico de Úbeda, que estaba a rebosar de visitantes.
Desde aquí, más de lo mismo; mucha carretera, muchos kilómetros y algunas paradas para estirar las piernas y permitir que la sangre volviera a correr por nuestras maltrechas nalgas. Al llegar a Gilena, tocaron las despedidas, los abrazos y el deseo de volver a repetir la experiencia con los amigos.
Nos vemos en la carretera
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