martes, 2 de julio de 2013

LETUR 2013


 Lunes 1 de julio. Aún me siento el cansancio del fin de semana que nos hemos pegado encima de la moto para disfrutar de nuevo de la reunión de Letur. No sé bien por donde empezar; por explicar un poco en qué consiste esta reunión, contar como fue el viaje o si ceñirme a las sensaciones vividas a largo de estos dos días.
Voy a intentar hacer un resumen de todo poniéndote primero en antecedentes:
El año pasado tenía muchas ganas de conocer en persona esta reunión que realiza un grupo de Murcia locos por el Old School en la zona del Alto Segura de Albacete y que desde hace unos años se lleva a cabo en Letur. Cada año cuando veía los reportajes de las revistas se me ponían los dientes largos y en 2012 se cuadró todo para poder acercarme hasta allí. Sólo había una pega: nadie podía acompañarme. A pesar de todo hice de tripas corazón y salí el sábado por la mañana temprano hacia el pueblo, debiendo recorrer la distancia de unos 400kms desde Lantejuela hasta Letur atravesando parte del P.N de Cazorla, Segura y las Villas. El camino fue sencillamente espectacular, el trato que recibí por parte de la organización y de todo aquel con el que tuve la suerte de pararme a conversar estupendo, la música genial y el ambiente una pasada. El fin de semana se me pasó volando ya que me lo pasé estupendamente a pesar de haberme ido solo, aunque cometí el “error” de hacerme fuerte en la barra y no me dio por visitar el pueblo y para colmo la famosa piscina natural estaba cerrada por reformas. Aún así, cuando llegué a Lantejuela y pude hablar con los colegas los dejé con tantas ganas de conocer la experiencia por ellos mismo que desde hacía algo más de un mes ya éramos 4 los que teníamos intención de repetir la experiencia, siendo al final un total de 8 los que nos pusimos en camino.
Con puntualidad inglesa y con muchísima ilusión estábamos todos los integrantes del grupo a las 7:20 en la gasolinera de Écija para partir…La idea era repetir el mismo itinerario que hice el año pasado para que disfrutaran del camino, debiendo hacer hasta Bailén casi 200 kms por autovía y alguna parada para desayunar y repostar. Desde Bailén la cosa mejoraba pero fue una vez que tomamos el desvío de Puerta de Segura cuando el personal comenzó a disfrutar del camino; la carretera comenzó a hacerse más sinuosa por momentos y a medida que nos acercábamos a Siles el paisaje se iba haciendo más hermoso y más verde. En Siles aprovechamos para tomar un refrigerio y recordar viejas anécdotas de la última vez que estuvimos por estos lares. El primer incidente de la ruta vino cuando la Shadow de Miguel no quiso arrancar y a partir de ahí cada vez que parábamos había que empujar. Dejando atrás Siles entramos en la provincia de Albacete y el paisaje se vuelve espectacular. No digo bonito…¡ESPECTACULAR! Con una carretera en la que se iban sucediendo las curvas de diferentes radios y con una calzada y muy buen estado que nos permitió a más de uno darnos unas alegrías y disfrutar de nuestras monturas, aunque siempre intentando que el grupo no se dispersara. Antes de llegar a Elche de Segura tomamos el desvío de Yeste porque el año pasado un paisano en Riopar me recomendó que fuera a Letur por la presa del Embalse de la Fuensanta. Tengo que decir que efectivamente el paisaje es una maravilla, pero ya me podía haber dicho que las carreteras se vuelven caminos de cabras. Tardamos una hora más en llegar al pueblo.
Al llegar a Letur la comitiva me siguió hasta la zona de inscripción pero como no había aparcamientos nos invitaron a que nos dirigiéramos hasta la plaza donde se hacen los conciertos, al lado de la iglesia. Tuvo buen efecto sobre mis compañeros de viaje ya que atravesar las murallas y aparcar junto a la iglesia en el casco histórico tuvo su punto y todos les fue gustando, aparcando nuestras motos junto a preparaciones dignas de participar en bike-shows. Desde allí a las inscripciones donde nos hicimos notar por la escandalera que forman 8 sevillanos de pueblos al hablar todos juntos. Trato cordial, muy buen rollo e incluso saludé a algunos colegas del año pasado, entre ellos a Agus de Más+Gas. Tras las inscripciones nos acercamos a tomarnos la primera cervecita para brindar por la buena ruta que nos habíamos pegado, y tras ella, recogimos las motos y nos fuimos al camping para colocar las tiendas y prepararnos para echar el día. Mientras esperábamos que se hiciera el arroz campero, aprovechamos para montar las tiendas y tomarnos la segunda cerveza, que nos la habíamos ganado…La piscina invitaba a darse un baño pero todos estábamos de acuerdo en visitar la piscina natural y en cuanto comimos nos pusimos el bañador y salimos de regreso al centro del pueblo, donde algunos nos dimos un buen remojón con el agua helada del río que bajaba desde la montaña y llenaba la posa. Tras el baño, tocó perderse por las encantadoras y estrechas calles del casco antiguo de Letur, donde otros tiempos existió un castillo baluarte de la zona. El año pasado me perdí esta visita pero en esta ocasión no me lo quería perder, descubriendo junto a mis compañeros de viaje los fabulosos rincones que esconde la localidad, y si encima le añadimos una cerveza fría en una terraza sobre el acantilado, rematamos una tarde cojonuda.
Con la caída del sol, regresamos hacia la zona de acampada para ducharnos y prepararnos para la noche. Mientras esperábamos turnos, unos chicos de Murcia que conocimos nos ofrecieron compartir con ellos un barreño de cervezas, a lo que no supimos decir que no. Ya refrescados por fuera y por dentro nos pusimos en marcha hacia la zona de conciertos andando, para evitar contratiempos a la vuelta con la benemérita, que se coloca todos los años para ver a quién pilla en moto y bebido. Este año se veía un poco menos de ambiente que el pasado año, pero es que la crisis ya se sabe que afecta a todos los sectores de la sociedad. Aún así, el buen Rock no dejó de sonar toda la noche y el buen ambiente se extendía por todos los rincones de Letur: música, motos, pin-ups, alcohol, amigos, buen ambiente,… ¡No se podía pedir más! Y la sorpresa llegó cuando desde lo alto del escenario, tras la entrega de premios, se mencionaron a los Customs-Bikers, por su ruta desde Sevilla. Todo un detalle. A la hora de dormir, nos encontramos un lobo aullando al lado de nuestras tiendas, que apenas dejó dormir a la mitad de la cuadrilla: ¡Cómo roncaba el condenado! Aaaabbbuuuuuuuu,,,,,aaaabbbbuuuuuuuu,…. Entre risas y comentarios jocosos nos fuimos quedando dormidos uno a uno menos Manolo, que pasó más frío que si se llega a ir a los Pirineos en bañador. ¡Echa el saco hombre!
Para el regreso decidimos volver por el mismo camino pero adentrándonos un poco más en el Parque Natural de Cazorla, aprovechando para visitar el casillo de Hornos de Segura, rodear el embalse del Tranco y darnos un baño en una piscina natural con las aguas tan frías como las del día anterior, pero que nos vino genial para refrescarnos porque el calor sofocante estaba haciendo mella en los cuerpos. Con algunos incidentes más en el regreso, de los que no voy a hablar, conseguimos llegar sanos y de una pieza a nuestras respectivas localidades, pero con dolores en las espaldas, el culo, el cuello, las orejas,… echando casi doce horas en el camino de regreso.
Sólo terminar dando las gracias a mis compañeros de viaje porque su presencia ha hecho inolvidable este viaje a Letur. Las gracias a todos aquellos con los que hemos podido tener la suerte de hablar y que también han marcado este fin de semana, porque ya tenemos ganas de volver por estos lares. Y una vez más pedir perdón por todos los errores que haya podido cometer en la ejecución de la ruta y por los errores al elegir esas carreteras que eran caminos de cabras.

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