lunes, 8 de septiembre de 2014

RUTA A FRIGILIANA (MÁLAGA)

Ya os conté hace unas semana que no pude completar con mi moto la ruta que tenía prevista hacer por carreteras de Almería porque a la correa de transmisión se le ocurrió romperse justo cuando llegamos a Mojácar. Cuando empecé a ver precios de las correas se me pusieron los ojos como platos. Al contar lo que me había pasado en facebook enseguida me mandaron algunos mensajes públicos y privados ofreciéndome algunas posibilidades más económicas. Entre todas ellas encontré una gran oferta para pillarme una de segunda mano casi nueva en el taller de Lord Drake Kustom Málaga. Hasta Velez-Málaga me fui volando y a parte de conocer a un gran tipo, me pillé la correa a buen precio y alguna cosilla más. En menos de una semana ya tenía la moto lista para rodar y estaba claro que había que ponerla a prueba. Quiero daros las gracias a todos esos amigos que y gentes del facebook que me ofrecieron tantas posibilidades donde elegir para no gastarme un pastón en una p...correa.

Como nuestro hermano Marcos llevaba tiempo proponiendo una "Operación Speto" por costas malagueñas decidimos dirigirnos hacia la costa oriental de Málaga y así de paso visitar la atractiva localidad de Frigiliana, localizada en la Axarquía, entre la costa y la sierra de Almijara. El sábado a las 9:30 salíamos cuatro motos desde el punto de reunión en Osuna para dirigirnos hacia Martín de la Jara, donde nos esperaban otros dos hermanos para poner rumbo hacia Antequera por la carretera de Campillos y así evitar lo máximo posible la autovía. Al llegar a Antequera decidimos subir por la cuesta del Romeral. Primero porque tiene un trazado muy divertido y segundo por nuestra aversión a rodar por autovía mientras se pueda evitar. Paradita en la Yedra a desayunar y al momento ya estábamos tomando la salida que indica Colmenar. Es cierto que este tramo hasta enlazar con la A-356 está un poco bacheado y no te permite despistarte mucho, pero el trazado y las vistas merecen la pena. Al enlazar con la A-356, toca disfrutar de una carretera con buenas vistas, un trazado sinuoso e imágenes para capturar en la retina: Comares sobre la montaña, el embalse de la Viñuela,... y así hasta que llegas a Vélez-Málaga, donde enlazas con la A-7 para rodar junto a la costa hasta el desvío de Nerja-Frigiliana. Exceptuando un pequeño incidente con un "capullo" que nos adelantó en plena curva con su trail  casi rozándonos porque venía un coche de frente, el ascenso fue bastante ameno. Al llegar al pueblo nos encontramos con que el casco histórico estaba decorado por motivo de la fiesta medieval. ¡Ambientazo total!. Puestos de venta de artículos étnicos y artesanales por todos lados, gente recorriendo los puestos y llenando las terrazas para refrescarse por dentro ya que el calor era agobiante, turistas recorriendo las empinadas calles del casco histórico,,... y nosotros que nos sumamos al carro. A pesar del calor sofocante y de las empinadas cuestas (mala combinación) disfrutamos un buen rato del paseo y al regresar a la zona donde estaba la feria medieval nos metimos en un local a degustar el vino de pasas de Frigiliana (vino típico de la Axarquía, como el de Cómpeta u otras localidades de la zona) y a tomar una tapas antes de dejar este pueblo de casas blancas. Regreso a la motos y ponemos rumbo hacia Nerja para enlazar con la carretera que une la localidad de "Chanquete" con Torrox-Costa, disfrutando de la compañía del mar hasta que encontramos un chiringuito a pie de playa y que escogimos para terminar de almorzar comiendo unos espetos de sardina que nos supieron a gloria, aunque a algunos les gustó más el baño que se dieron en la playa mientras esperábamos el pescado.


Con olor a sardinas en las manos y un poco de más fresco en el ambiente, volvimos a salir a la A-7, que estaba "petada" de  tráfico y pusimos rumbo a Málaga capital, donde enlazaríamos con la carretera de Cártama-Campillos. Un estupendo recorrido con un sol que caía y que a veces se ocultaba tras los montes mientras íbamos enlazando curvas y disfrutando del paisaje. Al llegar a Campillos buscamos una cafetería y, aunque era tarde, merendamos algo. No es que hubiese mucha hambre, pero era la excusa perfecta para descansar un poco nuestras posaderas. Además, en pocos minutos llegaríamos a Martín de la Jara y el grupo empezaría a desmembrarse para que cada uno se dirigiera hasta su casa. Abrazos y el deseo de repetir pronto para disfrutar de otro día en buena compañía y de buenas carreteras. Cayendo el sol y pillándonos la noche pusimos fin a esta ruta, aunque hubo momentos en los que parecía que se hacía de día, y es que el mam... de Miguel encendía de vez en cuando los focos auxiliares y parecía que la sierra se ponía de feria.

Nos vemos en la carretera.
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