miércoles, 27 de agosto de 2014

REFLEXIONES EN LA CARRETERA: LA SUPREMACÍA DE MILWAUKEE

Si sigues nuestro blog desde hace tiempo y nos conoces un poco ya sabes que somos un grupo de amigos que montamos en motos customs... La mayoría montan en motos japonesas y muy pocos montamos en H-D. Si estás metido en este mundillo de las customs podrás imaginar las continuas disputas que tenemos con la rivalidad entre japonesas y "jarlys".
Yo me tiré 13 años con una vulcan 500 sin ningún problema en la carretera: gasolina, sus cambios de aceite y en una ocasión la mandé carburar. En 2006 cumplí el sueño de comprarme una harley; era una sportster 883, pero una harley al fin y al cabo. Tenía ya tres años pero pocos kilómetros y tenía algunas modificaciones hechas, lo que le daba un aspecto muy guapo. No tardé mucho en descubrir que consumía más aceite de la cuenta y desde entonces siempre iba con una garrafita de un litro en las alforjas para prevenir y de paso para servirles de cachondeo a mis compañeros cada vez que me paraba a ver cómo iba el nivel de aceite.



Fue en 2008 cuando durante las vacaciones de verano por Galicia se me jodió el "solenoide" y me falló todo el sistema eléctrico obligándome a mandar la moto para Andalucía en grúa. El resto del viaje me lo pasé escuchando las bromas de los colegas y diciéndome eso de que si tuviera una "japo" no me hubiese pasado nada. En 2010 pillé un bache bastante pronunciado y la correa secundaria de la transmisión salió a tomar por c... Otra vez regreso en grúa, aunque esta vez me pilló a 16 kms de casa. En verano de 2012 regresando de una ruta por la costa de Málaga y atravesando la sierra se me partió el selector del cambio dejando el cambio de marchas engarrotado. Si, lo has adivinado; otra vez volvió la moto en grúa. El pitorreo por parte de los colegas, tanto moteros como no moteros ya era generalizado. Terminé hastiado de escuchar eso de -"Valiente porquería son las harleys" o -"Estás más tiempo en las grúas que en la carretera". Pero yo seguí con la firme convicción  de que simplemente había sido mala suerte y mi moto seguía saliendo a la carretera cada semana para hacer un buen montón de kilómetros. A finales del 2012 volvió a fallar el cambio a la altura de Lebrija, y una vez más hubo que regresar en grúa. Los del seguro ya lo tomaban a broma y fue ahí cuando se fue formando en mi una idea para evitar tantos desastres. Me compraría otra sportster: más potente, con más cilindrada y en esta ocasión no la engordaría para que así el motor no trabajara forzado. Les demostraría a todos esos mamones que tengo por amigos que lo de la 883 es mala suerte y que las harley son tan buenas como las japonesas o quizás mejor. En 2013 me compré mi nueva sportster pero por fugas en las juntas de culatas la tuve que dejar aparcada un par de meses hasta poder meterle mano para arreglarla. ¡Mal empezamos!. A partir de ahí todo fue sobre ruedas, nunca mejor dicho, y los kilómetros se sucedían sin problemas, el motor dejaba atrás a casi todos los compañeros y su ligereza me permitía rodar a gusto por carreteras ratoneras. Ha sido el fin de semana pasado cuando me he llevado el palo. Salimos el sábado por la mañana mi novia y yo con toda la ilusión dirección Mojácar para conocer esa zona de Almería. Todo iba bien, hasta que al llegar a Mojácar, subiendo la cuesta que conduce hasta el centro de la localidad la correa de la transmisión decide romperse y salir despedida, gracias a Dios sin ningún tipo de incidente para nosotros, pero el fin de semana en moto por las costas de Almería se fue a la mierda y hoy  todavía estoy esperando que llegue mi moto a Lantejuela.
Siempre había oído hablar de que las harleys tenían un motor robusto e infatigable, que sólo utilizaban los mejores componentes y que tenían una gran durabilidad. A mí se me ha comenzado a caer ese mito. No sé si la culpa es mía, si le exijo mucho a mis sportster o si son las motos de mayor cilindrada las que se ajustan a esos parámetros de durabilidad y resistencia. Lo que está claro es que conmigo en nuestro grupo de amigos los de la company van a vender pocas motos entre los customs-bikers, porque con mi lista de averías esta gente se compran mejor un mobylette.
Una vez más me toca ser el blanco del cachondeo de mis colegas y de los comentarios del tipo: -"Cambia ya la p...harley por una japonesa"..."Con una japonesa eso no te habría pasado"...
Pero ahora entiendo lo de la supremacía de las Harley-Davidson: no hay ni uno del grupo que me gane a montar sobre la grúa. Estoy estableciendo un record mundial y seguro que todas las aseguradoras se darán de tortas por tenerme entre sus abonados. Cada vez que me cruzo con una grúa en la carretera me saluda el conductor. Yo creo que me tienen fichado en la central.
¡PUTAS "JARLYS"!
Nos vemos en la carretera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario