martes, 19 de agosto de 2014

RUTA A SANTAELLA Y ESTEPA

Hace unas semanas algunos miembros del grupo nos acercamos hasta la concentración de motos de la Montiela, una localidad cercana a Écija. Reconozco que nunca había estado en dicha localidad y me sorprendió el buen ambiente que se veía en la reunión. Por problemas de falta de coordinación salimos tarde y para colmo la mayoría teníamos compromisos familiares para comer el domingo, así que no duramos demasiado en dicha reunión. Para no volver por la misma carretera decidimos regresar por la localidad de Santaella. Ya he pasado varias veces junto a ella pero nunca había entrado. Supongo que por eso me sorprendió tanto cuando pasamos junto lo que debió de ser una gran fortaleza y sus murallas, albergando dicha zona una bonita iglesia. Todo esto fue de pasada porque como ya he dicho antes íbamos con prisas y no nos paramos, aunque todos estuvimos de acuerdo en volver un día a dicha localidad para visitarla tranquilamente.


Pues bien; a los pocas semanas ya teníamos la propuesta de juntarnos unos cuantos de amigos para hacer una ruta mañanera hasta Santaella con el propósito de desayunar en la localidad y darnos una vuelta por el casco histórico. No fuimos tantos al final, pero los suficientes para echar una buena mañana. A todos nos llamó la atención el centro histórico de la localidad aunque nos decepcionó el no haber podido entrar en ninguno de sus edificios emblemáticos. Curiosamente no había ningún bar por los alrededores pero una señora muy amable nos sugirió que la siguiéramos con las motos para llevarnos a un bar del centro en el que un familiar del dueño era aficionado a las harleys... La conmoción fue general en el centro de la localidad cuando una "panda de moteros ruidosos" irrumpió entre sus calles tranquilas. Mientras desayunábamos la señora que nos atendió intentó contactar con su esposo para comunicarle que la puerta estaba llena de motos y que se acercara a conocernos pero como estaba rodando con su moto los intentos fueron infructuosos.
Abandonamos la localidad en dirección Puente Genil. La carretera no goza de muy buenos paisajes pero al menos es entretenida en su trazado y te permite mantener un ritmo alegre todo el tiempo, lo que nos permitió llegar pronto a la localidad del membrillo. Desde allí hasta Estepa fue un trámite de pocos minutos. La idea era subir al cerro de San Cristóbal y luego continuar hasta Gilena por la atractiva carretera que atraviesa la sierra, pero a un par de guías se les ocurrió meternos por empinadas y estrechas calles estepeñas antes de subir a la zona monumental. Allí nos hicimos algunas fotos, disfrutamos del entorno y de las vistas y echamos unas risas antes de ponernos rumbo a Gilena. Como ya he dicho la carretera es una maravilla en cuanto a trazado y paisajes pero los baches que la pueblan no dejan demasiadas alegrías a la hora de rodar por ella. Tras la cervecita en la piscina de la localidad tocaban las despedidas y poner rumbo a casa.


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