Cantaba Karina en su tema "El baúl de los recuerdos" que cualquier tiempo pasado nos parece mejor. Y no hay duda de que cuando echamos la vista atrás recordamos buenos momentos, viejos amigos,... Perdonad que hoy esté un poco nostálgico. Si seguís el facebook de los Customs-Bikers, habréis visto que he creado hace poco un álbum de fotos de nuestros 6 años de existencia, y recopilando algunas de las mejores fotos que hemos hecho en este tiempo no he podido dejar de pensar en el paso del tiempo. No sólo desde la creación del grupo, sino desde que comencé con mi Fantic Oasis 75 a rodar por esas carreteras de Dios; cuando la carretera de El Saucejo tenía más curvas que Pamela Anderson y se tardaba casi una hora en atravesarla. ¡Qué tiempos!. Después vino mi fiel Vulcan 500 y las rutas a concentraciones con mi viejo compañero de ruta Matías con su Virago 1100 y mi fiel copiloto Antonio. Pero las circunstancias cambian y algunos forman familias o adoptan nuevos hobbys que no son compatibles con una amante tan exigente como es la moto, que si te atrapa de verdad, ya no piensas en otra cosa que lanzarte a la carretera cada vez que tienes un rato libre. Aún recuerdo cuando comencé a salir con los "carbonillas" de mi pueblo porque no habían motos custom que salieran habitualmente y eso me enseñó a trazar rápido las curvas aunque también a pegar un buen zapatazo en el suelo cuando se me iba de atrás.
Después de pasar varios años rodando en solitario, llegó el momento de cambiar la moto por mi querida Sportsty, y eso me trajo nuevos amigos y compañeros de ruta, pues Jesús, que fue quien me compró la vulcan, estaba como niño con zapatos nuevos y con ganas de salir a rodar cada vez que podía. Estas ganas se contagiaron a varios bikers locales con los que comenzamos a rodar y de ahí surgió la idea de formar un grupo y de llevar una insignia en la espalda que nos identificara, pero sin directiva, sin cuotas y sin compromisos. Esta forma de llevar el grupo y nuestras rutas hicieron que pronto amigos y viejos conocidos de otras localidades se fueran uniendo al grupo (Fuentes de Andalucía, Osuna, La Jara,...) con los que hicimos hasta finales de 2008 un montón de buenas rutas y viajes. Cada ruta era mejor que la anterior, cada vez nos íbamos juntando más gente y las relaciones se iban estrechando más hasta formar una gran familia.
Con la llegada de la dichosa crisis algunos tuvieron que dejar la moto aparcada en un rincón de su garaje, otros tuvieron que venderla, algunos se sumergieron de lleno en la paternidad y otros encontraron unas aficiones que les llenaban más que la moto. De todos esos compañeros con los que comencé en los Customs-Bikers, tengo suerte si comparto la carretera una o dos veces al año con ellos. Apenas tenemos contacto y aquel sueño de formar un grupo sólido y unido se ha ido desvaneciendo....¿O no?. Es cierto que cuando ruedo en la carretera apenas veo las motos de aquellos compañeros/as de aquellos primeros años, ni cuando miro por el retrovisor ni delante de mi, pero si es cierto que no voy solo en la carretera. A mi alrededor encuentro nuevos amigos con los que compartir buenos momentos y nuevas rutas, jóvenes y no tan jóvenes que comparten la ilusión y las ganas de moto, de salir a echar el día sobre su montura o tomar unas birras apoyados en la barra de un bar mientras nos dedicamos a bromear y a reirnos.
Sin lugar a dudas, echo de menos a todos aquellos compañeros/as con los que he rodado, pero siempre llevo en mis alforjas un rincón donde meto todos esos recuerdos que siempre me acompañan allá donde voy, y los voy uniendo a esos nuevos momentos y experiencias que vivo en la actualidad, pues son las personas que vamos conociendo cada día los que forman nuestra propia personalidad, dejando parte de su huella en nosotros. Quizás no llegue jamás a rodar con los viejos y con los nuevos amigos juntos de forma física, pero desde luego que en mis pensamientos seguirán acompañándome allá donde vaya. No sé si la vida y la carretera traerá más amigos, si los actuales también tendrán que dejar este mundo biker por una u otra razón, o soy yo mismo el que tengo que dejarlo para dedicarme profesionalmente al parchís, pero mientras pueda seguiré rodando hasta donde me lleve la carretera, me seguiré ilusionando por conocer nuevos destinos y seguiré sintiendo nostalgia cuando vuelva a ver esas viejas fotos.
Nos vemos en la carretera.
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