martes, 18 de abril de 2017

REFLEXIONES EN LA CARRETERA: RENOVARSE O MORIR

Hace ya algún tiempo, que me voy dando cuenta que las cosas van cambiando a mi alrededor. Empezaron siendo cosas casi imperceptibles, y luego esos cambios se van haciendo más apreciables. Y la cosa, es que también algo en mi ha empezado a cambiar... lo que antes era impensable, vivir sin ello, ahora he empezado a verlo de otra forma. Ya no me atrae tanto y hasta he decidido cambiarla.

En estos últimos años, he ido viendo como aquellos amigos con los que tantos kilómetros y buenos momentos había vivido, han ido saliendo de esas quedadas que solemos hacer cada fin de semana, siendo otros nuevos amigos los que han ido llegando al grupo para salir a rodar y pasar buenos momentos. ¿¿Quiere decir eso que los están sustituyendo?? Ni mucho menos; sólo que por diversos motivos, las personas van cambiando sus prioridades o su forma de vida y con el paso del tiempo se van conociendo a otras personas con las que también llegas a entablar buenas relaciones y con las que compartes gustos afines. Lejos de ser mala esta circunstancia, es una situación que enriquece nuestras vidas, ya que aquellos viejos amigos, a veces te llaman para volver a hacer alguna salida juntos, y los compañeros que van llegando nuevos, tienen las mismas ganas que yo tenía hace unos años y renuevan la ilusión por preparar nuevas rutas o nuevos proyectos. Conocer personas siempre nos enriquece, pero no dejan de ser cambios y renovaciones en nuestra vida.

Algunos compañeros del grupo, con los que compartía devoción por las motos customs, han decidido pasarse al "lado oscuro", y pillarse algún modelo de la marca bávara (BMW), buscando más prestaciones, seguridad y comodidad a la hora de hacer kilómetros, lo cual es casi incompatible con el mundo custom, que no entiende de prestaciones y en la mayoría de los casos no suelen ser cómodas. Cada vez somos menos los compañeros del grupo que seguimos disfrutando de nuestras monturas ruidosas, incómodas y que rozan por el suelo en cuanto intentas tumbar la moto en una curva un poco más cerrada de la cuenta. Pero es inevitable; a veces por la edad, los problemas de espalda o simplemente porque tienes ganas de cambiar, decides renovar tu montura.

Pues algo así, me ha ido pasando a mí en estos últimos tiempos. Lo que antes me encantaba ver cuando bajaba al garaje, ha llegado a hacer que no me apetezca utilizarla. Lo que hace unos años e incluso meses, hubiese sido impensable deshacerme de ella, ahora ha llegado la hora de olvidarla.
Antes, bajaba al garaje de mi casa deseando salir a rodar y hacer kilómetros con ella, orgulloso de lucirla y enseñarla, y sin embargo, en los últimos meses, siempre he encontrado alguna excusa para dejarla en casa marchitándose, cogiendo polvo,... hasta que el otro día se presentó la oportunidad; la ocasión perfecta para renovarla. Ya sé que no tiene ese sabor añejo, ni ese aspecto usado de la que lleva conmigo tantos años compartiendo kilómetros, pero sueño con que su sustituta pueda darme tantas alegrías como mi "viejita" y llegue a compartir tantos kilómetros como aquella. Espero que vuelva esa ilusión al verla en el garaje y esas ganas de utilizarla en cada ruta.
Ha llegado el momento de renovarse y de despedirse de mi vieja compañera:
¡Adiós, mi querida chaqueta vaquera! Han sido más de 20 años juntos compartiendo kilómetros, pero ha llegado el momentos de renovarte. Siempre te llevaré en mi recuerdo.

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