El mes de julio se me ha complicado bastante para salir a rodar con los colegas durante los fines de semana y en concreto este último fin de semana del mes de julio que se suponía que me iba a ir a recorrer tierras portuguesas con unos amigos se me complicó aún más, ya que fuimos avisados a comienzos de semana para ingresar a mi padre en el hospital de Sevilla para ser operado el viernes. Una de esas operaciones en las que los médicos no se "mojan" al informarte, por lo que pueda pasar. Gracias a Dios, todo fue bien y cuando pude verlo el sábado en la UCI estaba bastante animado y los médicos eran muy optimistas en cuanto a su recuperación (de hecho, hoy lunes ya está en casa). Como iba diciendo, mientras volvía de Sevilla con la caída de la tarde y tranquilo por la recuperación, me animé a plantearme una ruta. La idea era que no se alejara más de 2 horas de Sevilla por si había que ir rápido para el hospital. Al llegar a casa repasé mentalmente lugares que tengo en esa agenda-cerebral, de lugares que quiero visitar o a los que quiero volver, y lo primero que se me venía a la cabeza era la sierra de Huelva o las costas de Cádiz. Tras mucho pensar me decidí por el Santuario de Tentudia, en el sur de Badajoz y muy cerca de la provincia de Sevilla, que hacía tiempo que tenía pensado acercarme a verlo. Pero el problema era que no había tiempo para avisar a los colegas, que el que no estaba resfriado, estaba en Las Alpujarras, otros trabajando y otros de vacaciones. De todas formas lo colgué en el grupo wasshap que tenemos en el grupo y me contestó Alex, que estaba echando el finde con la familia cerca de Carmona y me pillaba de camino.
Tras recogerlo, pusimos rumbo a la Venta del Alto por la autovía de La Plata, abandonando en ese punto la autovía atestada de vehículos, para comenzar a rodar por la vieja y solitaria N-630, que es genial para rodar en moto y disfrutar en todos los aspectos. De vez en cuando te cruzabas con algunos motoristas pero casi todo el trayecto hasta Santa Olalla del Cala lo hicimos con la carretera para nosotros solos: un auténtico lujazo. Tras el desayuno en Santa Olalla pusimos rumbo rumbo hasta Monesterio (Badajoz), tomando en una de las primeras rotondas a la entrada de la localidad la carretera con la indicación de Calera de León: sencillamente genial el trazado de esta carretera, con el que seguimos disfrutando de un buen número de curvas. Al llegar a la localidad vimos enseguida las indicaciones para acceder al Santuario de Tentudia. La carretera se estrechó y adquirió bastantes grados de inclinación, ya que, según me dijeron, el santuario se encuentra en el punto más alto de la provincia de Badajoz. Tras ocho kilómetros de carretera estrecha, con los árboles haciendo en algunos tramos auténticos túneles y algún ganado pastando cerca de las lindes de piedra que cerraban la carretera, llegamos al santuario. Lo primero que me llamó la atención es que no éramos los únicos moteros que había subido hasta allí. En una venta cercana al santuario vimos varias motos aparcadas. Lo segundo que me llamó la atención fue la multitud de águilas que sobrevolaban el lugar y lo tercero que me llamó la atención eran las vistas de los llanos de Extremadura, que parecía que no tenía fin. Una vez dentro del santuario pudimos caminar por el claustro de estilo mudéjar, sus capillas, donde encontramos retablos, la imagen de la Virgen y las tumbas de algunos de los grandes maestres de la orden a la que estaba consagrado este santuario (coste de entrada un euro).
Una vez visto el santuario tocaba decidir hacia dónde íbamos: hacia Llerena para bajar por la Sierra Norte o hacia Fregenal para bajar por tierras onubenses. Como nos indicaron una carretera muy atractiva para no bajar por el mismo lado, decidimos poner rumbo hacia Fregenal. Creo que acertamos; la carretera era estrecha pero de esas que no sabes para dónde mirar mientras no dejas de tomar curvas de todo tipo de radios y una vez que enlazamos con la carretera que traíamos desde Calera de León sólo tuvimos que dejarnos llevar hasta Fregenal, donde volvimos a visitar su castillo templario (gratuito) y nos tomamos unas tapas en uno de los bares ubicados entre los soportales de la plaza del ayuntamiento. Mientras estábamos tapeando comenzamos a escuchar la alarma de la moto de Alejandro, lo que nos hizo salir a la puerta a ver qué pasaba. Nos encontramos su moto tumbada en el suelo sobre una sombrilla que había salido volando y la había derribado. La misma sombrilla fue la que evito que la moto sufriera daños o que le hubiese dado a la mía. Con la ayuda de un paisano pudimos levantar la moto y colocamos la sombrilla para evitar que volviera a suceder. Enseguida teníamos al dueño del local pidiendo disculpas pero como la cosa no tuvo mayores complicaciones todos tan amigos y a seguir disfrutando de nuestro almuerzo.
Si la ruta nos había hecho disfrutar hasta entonces, el plato fuerte llegó al tomar la nacional que une Huelva con Badajoz. Rumbo al sur y con un ritmo alegre pero legal, comenzamos a disfrutar de todos los atractivos de esta carretera, que tiene la fama de ser la de mayor índice de accidentes de toda España. De hecho nos encontramos con varios controles de velocidad. El punto amargo lo puso el contemplar durante varios kilómetros un incendio que se había provocado en plena sierra. Sobre nuestras cabezas pasaban hidroaviones y helicópteros con las grandes bolsas de agua que toman en los embalses para arrojarla sobre las llamas. Muchos coches se iban parando junto a la carretera para contemplar las labores de extinción, pero nosotros seguíamos nuestro descenso hasta que en el cruce de Minas de Río Tinto tomamos un desvío para comenzar a dirigirnos a través de la carretera del Castillo de las Guardas hacia tierras sevillanas.
Tras varios kilómetros escuchando un ruido metálico proveniente de los escapes de mi moto, decidimos parar a tomar algo en una venta y ver qué pasaba. Uno de los tornillos de sujeción se había roto y el escape iba prácticamente colgando. Cuando la moto se enfrió y valoramos los daños pensamos que lo mejor era asegurar el escape con unas presillas y bajar por carreteras secundarias hasta Lantejuela, para evitar perder el escape en la autovía. Los más de 100 kilómetros que nos restaban por hacer no tuvieron más incidentes y una vez más pudimos celebrar una gran ruta con un chupito de Jack.
Mientras tanto, nuestros amigos José "Muni" y Manolo con sus respectivas esposas se fueron a pasar un fin de semana cojonudo por tierras alpujarreñas. Ya me hubiese gustado acompañarlos, pero otra vez será.
NOS VEMOS EN LA CARRETERA.
lunes, 28 de julio de 2014
martes, 1 de julio de 2014
FIN DE SEMANA EN TIERRAS MANCHEGAS
El pasado fin de semana un grupo de Customs-Bikers acompañados por algunos amigos que ya son habituales en nuestras salidas nos acercamos a tierras de la Mancha para pasar un par de días sobre la moto y echar unas risas. En esta ocasión la excusa para hacer la escapada era la fiesta que había montado el grupo motero MÁS CARRETERA de Alcázar de San Juan, y cuyo presidente actual es un buen amigo y viejo compañero de trabajo de uno de nuestros ilustres miembros: Emilio "Peluso". Este "mamoncete" fue el que nos convenció para cambiar este año Letur por Alcázar.
La idea era la de siempre; salir muy temprano para llegar a tiempo para la ruta programada por la mañana, soltar los bultos de las motos, hacer un poco de turismo y pasarlo lo mejor que cada uno pueda o quiera. El viaje por autovía siempre es tedioso y aburrido, pero como había que parar cada 100 kms para que nuestro colega Alejandro llenase el depósito de su 48, íbamos parando y echando unas risas mientras estirábamos las piernas. Cuando llegamos al recinto de la concentración había un par de voluntarios esperándonos porque la ruta ya había partido. En los molinos de Campo de Criptana era la primera parada y allí nos unimos al grupo con un vaso de tinto ofrecido por la organización y rodeados de los viejos molinos que derrotaron al ilustre hidalgo D. Quijote, al que nos íbamos encontrando allá por donde pasábamos.
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La segunda parada la efectuamos junto a las tranquilas aguas de la Laguna de Villafranca, donde pudimos volver a refrescarnos antes de continuar la marcha, que nos llevaría de nuevo hasta Alcázar de San Juan, donde efectuamos la última parada en uno de los locales de ambiente biker más guapo que he tenido la suerte de visitar: el Rolling Rock, donde dimos buena cuenta de algunos botellines de cerveza y de un chorizo que llevaba Emilio en las alforjas, ya que el hambre apretaba. Desde aquí nos marchamos a la sede de nuestros anfitriones, donde nos sirvieron el almuerzo a base de ensalada de pasta y de carne con tomate... Muy rico todo. El primer concierto estaba programado para las 16:00 horas a pleno sol, y como la zona de acampada que nos habían ofrecido no era muy acogedora que digamos, decidimos acercarnos hasta la piscina municipal, aprovechando el pase que entraba con la inscripción. Allí algunos se dieron un refrescón y otros optamos por tumbarnos en el césped fresquito a echar un sueño, o al menos a relajarnos un poco. Una vez reunidos, todos estuvimos de acuerdo en buscarnos un hostal para poder dormir lejos del duro hormigón, y con la suerte de unas chicas que nos indicaron estupendamente, encontramos un hotel cercano a la concentración y a muy buen precio. Descargar motos, darse una buena ducha y listos para salir por Alcázar, donde ese fin de semana se celebraba su fiesta de Moros y Cristianos, por lo que nos acercamos en primer lugar a la plaza de toros de la localidad, donde terminaba el espectacular desfile.
Desde la plaza de toros volvimos por la avenida de bares y locales de copas, donde el recital de cervezas bien frías y de vinos de la tierra se prolongó hasta tarde, acompañados por ricos y variados pinchos que saciaron nuestra hambre. Tanto nos gustó que cuando llegamos a la zona de la reunión el concierto tributo a AC-DC, estaba acabando. Una lástima no haber llegado antes, porque lo poco que pudimos escuchar demostraba que la banda tenía buenas maneras y buen sonido. Mientras degustábamos unas cervezas y veíamos que la zona se iba despoblando, cada uno de los 10 que íbamos optó por seguir su camino. Algunos decidieron irse a dormir porque estaban cansados, otros (los más jóvenes) optaron por volver a la zona de locales y el resto nos quedamos en el Rolling Rock con las copas largas disfrutando de la serena noche manchega, hasta que prácticamente tuvieron que echarnos para cerrar.
El domingo amaneció demasiado pronto para algunos, que fueron cargando de nuevo sus motos con los ojillos pegados. Tras el desayuno nos despedimos de Alcázar de San Juan con rumbo a Algamasilla de Alba, desde donde tomaríamos una atractiva carretera hasta Ruidera, pasando por la Ermita de Peñarroya, situada junto a la presa del mismo nombre. Tras una fugaz visita y algún que otro contratiempo, continuamos nuestro regreso con un itinerario muy divertido y atractivo hasta llegar a las famosas lagunas de Ruidera. El tiempo se nos echaba encima y la mañana casi había llegado a su final cuando llegamos a la zona más alta de estas espectaculares lagunas, así que por votación popular acudimos a un establecimiento junto a la carretera de las lagunas (La Cañada), donde almorzamos y desde allí "carretera y manta". Una vez que llegamos a Manzanares tomamos la autovía y rumbo sur,hasta que cada uno llegó a su casa, cansado pero feliz por un fin de semana entre amigos y motos, a pesar de lo difícil que es que diez personas con gustos diferentes se pongan de acuerdo.
NOS VEMOS EN LA CARRETERA.
VÍDEO 1: POR TIERRAS MANCHEGAS (SÁBADO 28 de junio)
VÍDEO 2: POR TIERRAS MANCHEGAS (DOMINGO 29 de junio)
NOS VEMOS EN LA CARRETERA.
VÍDEO 1: POR TIERRAS MANCHEGAS (SÁBADO 28 de junio)
VÍDEO 2: POR TIERRAS MANCHEGAS (DOMINGO 29 de junio)