Todo este rollo que te acabo de soltar viene como introducción a las dos carreteras por las que hemos rodado este pasado fin de semana algunos customs-bikers por la provincia de Granada. Una de ellas es la carretera que unía y une Granada con Almuñécar pasando por Otívar y la otra es la antigua nacional A-323 que unía Granada con Motril y que ahora está en desuso porque todo el tráfico se deriva a la paralela A-44. Pues bien. El año pasado estando en Francia de vacaciones conocí a un francés que había estado trabajando en Andalucía y me habló de una zona de barranquismo situada entre Almuñécar y Granada que pertenecía al Río Verde. Así que cuando regresé a España cogí un día el coche y me acerqué haciendo un recorrido buscando esta zona. Para mi desgracia me di cuenta que no llevaba preparos y además había que darse una caminata de coj... Así que decidimos seguir nuestro camino hasta la costa: la sorpresa vino cuando comenzamos a rodar entre escarpadas montañas que hacían del paseo una gozada. Por eso llevaba tiempo queriendo bajar en moto por esta carretera y como en esta ocasión unos locos del grupo se apuntaron en esta travesía nos decidimos a bajar por dicha carretera en esta ocasión, pero buscándola llegando desde el Embalse de los Bermejales (hay un tramo que hay que evitar ya que la carretera está en muy mal estado).
En esta ocasión nos juntamos tres customs-bikers y un vecino de José que ha visto recientemente cumplido el sueño de tener una moto. Después de los 500 kilómetros recorridos pensé que no volveríamos a verlo, pero lejos de esto, cuando llegó el momento de despedirse nos contó que estaba encantado con la ruta y que lo esperemos para la próxima.
Tras hacer un poco de turismo por Salobreña y de almorzar en sus costas, nos dirigimos hacia Motril para enlazar con la antigua nacional que sube hasta Granada, haciendo un alto en el Embalse de Béznar, que inunda el valle del Lecrín y en la localidad de Padul donde tomamos café, antes de bajar el puerto del Suspiro del Moro y tomar la carretera de Santa Fe, donde ya enlazamos con la autovía para hacer el regreso un poco más rápidos.
Un día cojonudo, que nos ha hecho disfrutar de nuestras monturas, de una paella junto al mar, que nos ha permitido contemplar impresionantes embalses, preciosas montañas y antiguas huellas de nuestro pasado, y todo ello sin pasar demasiada calor que también es de agradecer.
Nos vemos en la carretera
PRÓXIMAMENTE PODRÁS VER TODA LA DESCRIPCIÓN DE LA RUTA EN http://descubrirandaluciaenmoto.blogspot.com.es/
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