El pasado domingo, mientras estaba cumpliendo con la familia, la delegación de Osuna y de la Sierra Sur se marcharon de ruta otra vez a tierras inglesas, para volver a abastecerse de licores y tabaco. Esta es la crónica de la ruta que me han enviado. Obviamente yo lo voy a contar como me salga de los ...., que para eso soy yo el que lo escribe aquí (jejejeje). Como siempre que yo no voy, la salida fue catastrófica, habiendo retrasos y contratiempos que hicieron que no se cumpliera con la hora programada (empiezo fuerte a dar caña). Una vez todos reunidos se salió de Osuna poniendo rumbo a Ronda recogiendo a la delegación de la Sierra Sur en el Saucejo. La idea era bajar por San Pedro de Alcántara parando a desayunar en la venta de El Madroño. Por lo que me han comentado esta venta de gran ambiente motero, está muy bien para pararse a tomar un refrigerio, pero en cuanto al desayuno deja mucho que desear. Con el estómago aún vacío continuaron hasta la costa, donde por fin pudieron desayunar algo medio decente antes de proseguir por la A-7 hasta el desvío de La Línea, donde me cuentan que un despiste del GPS de Luisillo los llevó a meterse por medio de La Línea. Al conseguir pasar la frontera con el carnet en la boca (bien aprendido), tuvieron un percance con el aeropuerto, ya que el grupo quedó dividido al cortar la carretera de acceso por la llegada de un avión (ya sabéis que las pistas de aterrizaje de Gibraltar cruzan la principal vía de acceso desde la frontera).
Después del paseo de rigor por Mean Street, las compras oportunas de vicios, fotos típicas y una gran clavada por tomar cerveza inglesa en las tabernas locales, tocaba volver a tierras españolas para dar buena cuenta del almuerzo.
Según me cuentan el regreso fue un poco caótico al regresar por la carretera que sube a Ronda pasando por Jimena de la Fra., habiendo segregación del grupo, despistes, carreras, prisas,.... ¡Si es que vais como locos!
Obviamene se ve que pasaron un día cojonudo de motos, rodando por carreteras magníficas para disfrutar de sus monturas, y son precisamente esos contratiempo y anécdotas las que quedan para el recuerdo y hacen más interesantes las rutas. Cada vez tengo más claro que no me necesitáis para nada. Seguid así chicos.
Nos vemos en la carretera
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