Antes de contaros cómo fue la ruta de este domingo, dejadme que os cuente los acontecimientos previos del fin de semana.
El viernes nos acercamos hasta Fuentes de Andalucía para conocer al niño del “Tan” y de Eli, y para desplazarnos hasta allí, cogimos la moto, mientras que Jesús usó su coche para poder llevar a toda la familia. Después de la visita, al arrancar la moto para el regreso, me doy cuenta que el faro de la moto no se enciende: tras una revisión para ver si se había soltado algún cable, decidimos dejar la moto en la cochera del “Tam” y regresar en el coche de Jesús, quedando en recoger la moto por la mañana para llevarla a casa del “Francés” para que tratara de hacerla funcionar. Una vez allí, la moto fue desmontada entera para buscar el posible fallo, pero como en su casa no tiene todo el material del taller, hizo un puente para que le llegara corriente directa al faro y así pudiera salir a dar la vuelta del domingo. Mientras estábamos allí, llegaron el “Marín” y el “Cabra”. El primero nos invitó a que lo acompañáramos por la noche a la feria de El Saucejo, y como no tenía nada mejor que hacer, acepté la invitación. Salimos de Osuna sobre las 23:00 horas “El Marín”, “El Francés”, Virginy y yo hacia la feria, donde en la caseta que tenían montada los miembros de Las Záguilas, nos trataron a cuerpo de rey durante toda la noche. La hora de irnos a la cama fue tarde o temprano, según se mire, pero como habíamos quedado a las 10:00 para salir de ruta hacia el Turón, sólo dormí 2 horas. En esta ocasión os aseguro que no me hubiese importado perderme la ruta, pues me costó Dios y ayuda, despegar los ojos. En fin, Miguel ya esperaba en la sede cuando yo llegué, y después de recoger a Jesús, que llevaba los víveres en el coche, y a las parientas, nos pasamos por Osuna a recoger a Luisiyo (me resultó raro que no hubiese más gente, pero supongo que muchos aprovecharon el puente para irse unos días de fiesta). El camino hacia El Burgo, como siempre, fue magnífico, disfrutando de un trazado sinuoso por el que nos tropezamos con más motoristas, y gozando del fresco de la sierra plagada de majestuosos pinos. Al llegar a El Burgo, Miguel abandonó el grupo pues tenía asuntos que tratar en Osuna, dejándonos al resto para ir a darnos un baño, pero al entrar en el camino y poner el intermitente me di cuenta que no funcionaba. Me paro al borde del camino y compruebo que la instalación eléctrica falla por completo: ni luz delantera, ni trasera, ni intermitentes, ni pito. Menos mal que por lo menos la moto arrancaba y andaba. Después de recorrer los tres kilómetros desde la carretera hasta el Salto de Turón, dejamos las motos y el coche e hicimos un pequeño reconocimiento para ver el mejor lugar para bañarnos. Sin lugar a dudas nos quedamos con el salto de agua, que hace una pequeña piscina natural que en algunos puntos alcanza los
Como no tenia ganas de tener ningún tropiezo con “los verdes”, coloqué mi moto entre la moto de Luisiyo y el coche de Jesús, para camuflarme un poco durante el regreso, durante el cual no hubo ningún incidente, salvo la sofocante calor que hacía en los llanos una vez que abandonamos la sierra.
Aprovecho para pedir perdón a Luisiyo que se quedó un poco molesto porque no quise pararme en Osuna a tomar un café, pero es que os aseguro que iba quedándome dormido por el camino. Luis, te debo un café. El vídeo lo subiré próximamente, cuando Internet me funcione en condiciones.
LIVE TO RIDE
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