domingo, 17 de julio de 2011

ENTRE LA SIERRA Y LA CAMPIÑA CORDOBESA




Fin de semana de Faro. Por segundo año consecutivo me quedo sin ir, y no por faltas de ganas, pero pensando que a la semana siguiente salíamos para París, el viaje que tenemos planteado para finales de agosto,….. ¡Lástima no ser rico! En fin, algunos de los que nos quedamos sin ir a Faro decidimos darnos una vuelta el domingo para quitarnos el mono de moto y así tener lo que se conoce un “consuelo de tontos”. La idea era sencilla: hacer un corto itinerario por terreno conocido siguiendo la Vega del Guadalquivir, desde Palma del Río hasta Medina Azahara, regresando antes de que apretara el calor. Así que a las 9:00 salimos desde la sede Manolo de Gilena, Miguel de Osuna, Adrián y yo de Lantejuela, acompañados por mi hermano “Gamba” y por Guillermo “el Argentino”, poniendo rumbo hacia Palma del Río por La Campana (me encanta el trazado de esta carretera) para llegar hasta la localidad de Hornachuelos a desayunar. Siempre he pasado de largo en Palma del Río, pero esta vez quería acercarme hasta el casco histórico para ver los jardines amurallados: no me defraudó. Si bien no son de los complejos defensivos más impresionantes que he visto, sí que merece la pena una visita y un paseo intramuros, donde se esconden diferentes edificios de carácter religioso y civiles dignos de mención, una vez que te adentras a través de la Puerta del Sol, cuyo arco de herradura deja constancia de su origen árabe. Mientras paseábamos por el recinto amurallado, llegó Rafa desde Córdoba, con el cansancio acumulado después de pasar buena parte de la noche anterior viendo ZZTop en concierto: “Busca un castillo y encontrarás al tontillo”. ¡Al final se me queda lo del “tonto de los castillos”!. Después de los saludos oportunos pusimos rumbo a Hornachuelos. Hace mucho tiempo pasé por esta localidad una vez, quedándome el recuerdo de su presa a la salida en dirección Villaviciosa, pero no recordaba nada más de ella, recordándola como un pueblo sin gracia ninguna; ¡Grave error! Nada más llegar me encontré con que sobre la localidad existen los restos de una antigua fortaleza que ya me he propuesto visitar otro día, pero la mayor sorpresa fue cuando algunos de los que iban en el grupo se pusieron delante para guiarnos a lo que llamaban “El Embarcadero”. ¿No os ha pasado nunca que cuando pensabais que conocíais todos los lugares interesantes cercanos a tu localidad, siempre hay alguien que conoce algo más? A mi me encanta esa sensación a pesar de hacerme sentir un ignorante, porque eso me hace pensar que en cada ruta puedo conocer un lugar distinto que merezca la pena. El lugar en cuestión es un embarcadero para hacer excursiones por el embalse de Hornachuelos, con un mirador en la taberna que te deja alucinado. La pena es que no tenía nada en ese momento para desayunar, así que tuvimos que irnos al interior de la localidad. Después del desayuno, pusimos rumbo hacia Medina Azahara, no sin antes pararnos a la salida del pueblo para contemplar una curiosa casa decorada íntegramente con chinas de piedra, no chinas de ojos rasgados. Antes de llegar a Medina Azahara hicimos otro alto en el Parque de la Sierrezuela en las afueras de Posadas, que es un extenso pinar donde merece la pena una parada para un refrigerio, siempre que pases por aquí. Al llegar a la ciudad de Zahara, la favorita del Califa, me llevé un revés. Cuando estuve hace un par de años, se llegaba hasta la misma puerta con la moto, pero ahora debes aparcar a un par de kilómetros y sacar la entrada en el centro de visitantes, llevándote posteriormente un autobús hasta el complejo. Entre la hora que era y el calor, desistimos de hacer la visita pensando en dejarlo para el otoño, poniendo rumbo a casa por la autovía para poder llegar a ver Moto GP. Durante el camino nos tropezamos con un montón de motoristas que venían de Faro, lo que nos hacía pensar: “El año que viene no me la pierdo”

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