Hacía unos siete años que no realizaba esta ruta por el sur de Badajoz en busca de localidades en las que perduran las huellas de la orden religiosa-militar de los templarios; y la verdad es que tenía muchas ganas de repetirla y de filmarla para subirla a mi canal de youtube. Por desgracia, a ninguno de mis compañeros de rutas les venía bien hacer la ruta en sábado y tuve que realizarla en solitario. Seguramente volveré a hacerla cuando pase algún tiempo, ya que me he dado cuenta, que se me han quedado muchas cosas por grabar.
En esta ocasión, me plantee la ruta un poco diferente a como la diseñé originariamente hace unos años, ya que me había propuesto no pisar ni un sólo metro de autovía y evitar pasar por la localidad de Aracena, ya que coincidía con la feria del jamón, y la carretera estaría atestada de vehículos.
Con esta idea salgo desde Lantejuela hacia Carmona, para desde allí acceder a la Sierra Norte por Burguillos y Castilblanco de los Arroyos en dirección a Almadén de la Plata, aunque sin llegar a esta localidad, tomé el desvío que indica hacia El Ronquillo, para acceder a la N-630 y poner rumbo norte hacia Santa Olalla del Cala, contemplando su majestuoso castillo al entrar en la localidad. En esta ocasión no me paré. Atravieso el pueblo y accedo a la A-434 en dirección Fregenal. Es una estrecha carretera, con un buen puñado de curvas entre dehesas de encinas, que te conduce hasta la primera parada de la ruta en la localidad de Cala (Huelva). Dejé la moto en la travesía y realicé el paseo con pendiente que te lleva hasta su castillo, que ha sido restaurado hace unos años. La primera vez que subí a visitarlo, sólo había algunos lienzos de murallas y alguna que otra torre en muy mal estado; pero pude entrar a recorrer su conjunto. Ahora, con la restauración, hay que buscar a alguien del ayuntamiento para que vaya a abrirte la puerta, y la verdad es que no me apetecía tener que bajar al pueblo, buscar a alguien y vuelta para arriba.
Regreso a la moto y continúo mi camino. Al entrar en la provincia de Badajoz, el asfalto se pone un poco molesto, hasta llegar al cruce de Cabeza de Vaca, donde el asfalto mejoró, al igual que el ancho de la carretera. Me duró poco la alegría, porque dejé la carretera para entrar en Segura de León (hay que entrar por la salida de Fuentes de León). Busco el casco histórico de esta localidad, en la que perduran muchos edificios interesantes de la Edad Media, y busco el castillo que domina toda la población desde las alturas. La última vez que estuve en él, pude aparcar la moto en su interior, ya que estaba acondicionado como hotel rural y se permitía la visita. En esta ocasión, me encontré la puerta cerrada y un aviso para ir a la oficina de turismo para que me lo abrieran. Como ya había estado con anterioridad, decidí seguir mi camino hacia Fregenal de la Sierra. Allí si que pude volver a entrar en su castillo-plaza de toros y recorrer en solitario sus almenas, torres y su graderío.
Me monto en la moto y salgo de Fregenal por la N-435 en dirección Jerez de los Caballeros, entrando con la moto en el recinto amurallado, del que fue antaño, un imponente castillo templario. En esta ocasión estaba lleno de turistas haciendo fotos, y de hecho, le hicieron alguna que otra a mi montura. Un paseo por Jerez para contemplar alguna de sus puertas monumentales, de las que aún quedan en pie y salimos por la EX 112 en dirección Zafra.
En mi recorrido, pasé por la localidad de Burguillos del Cerro, contemplando desde mucho antes de llegar su imponente fortaleza. Esta se me ha quedado pendiente para cuando vuelva, poder visitarla, ya que no vi ninguna carretera para poder acceder al castillo con la moto, y si hay que subir andando, se irá un buen rato.
Desde aquí, a Zafra fue un simple paseo. Busco la Puerta de Jerez para entrar al casco histórico y aparcar junto a la Plaza Chica, que estaba a rebosar de personas. Me acomodo en "La Cantina" y me pongo a hablar con uno de los camareros, que es también, motero. Dejo que me aconseje y me comí unos canalones rellenos de carne y boletus que estaba para chuparse los dedos.
El café tenía que tomármelo en el parador nacional de Zafra, que es una imponente fortaleza-palacio, y ya es tradición, cada vez que vengo por estos lares.
El regreso lo hice dirigiéndome hacia Llerena. Es el tramo más aburrido, pues casi todo el camino es una larga recta, pero en esta ocasión, me di cuenta de algo en lo que no me había fijado nunca. Una pequeña localidad junto a la carretera, donde destaca una fortificación entre sus casas. Me llamó mucho la atención, pero como aún quedaban bastantes kilómetros, decidí dejarlo para una próxima ruta: Villagarcía de la Torre (apuntado queda)
De Llerena hasta Lantejuela, atravesando la Sierra Norte, ¿¿¿qué te puedo decir???... Un recorrido de lo más divertido, sobre todo, desde Alanís hasta Constantina. Una maravilla de trazado, con un asfalto bastante correcto que permite disfrutar de nuestras monturas para poner un broche de oro a una ruta de la que disfruto cada vez que la realizo.
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