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TU BLOG DE RUTAS POR ANDALUCÍA

lunes, 14 de septiembre de 2015

¡¡¡MI GOZO EN UN POZO!!!!


Hace aproximadamente unos nueve años, volviendo de un fin de semana con unos amigos, paramos por primera vez en la localidad de Fuente Obejuna; ya sabes; esa localidad cordobesa que le da nombre a una de las obras del gran maestro del Siglo de Oro español; ¡Sí, hombre!....Lope de Vega. Bueno, a lo que vamos; el pueblo me gustó mucho y me inspiró para diseñar una de las rutas que más me gustan de las que recojo en mi libro por la provincia de Córdoba. Al salir de la localidad vimos las indicaciones para llegar por una carretera de sierra hasta Cazalla de la Sierra... ¡Cojonudo!... Nos brindaba la oportunidad de adentrarnos por una carretera de las que me gustan a mí y llegar a la Sierra Norte de Sevilla. Todo comenzó genial: buen asfalto, bonitas vistas y un trazado divertido, hasta que, de repente, aquello se volvió un suplicio... De buenas a primeras la carretera cambió de forma radical. El asfalto parecía que que lo habían levantado a conciencia para que sólo pudieran pasar tanques por allí, sumado a la dificultad que nos brindaba la puesta de sol, que nos dejaba el astro rey a la altura de los ojos, no veíamos ni por donde íbamos. Conclusión: casi dos horas para hacer 50 kms, Cuando llegamos a Alanís, todos estuvimos de acuerdo que la carretera era una pasada porque nos dejó vistas inolvidables de la sierra, así como de ciervos y otros animales que paseaban cerca de la carretera, pero nos juramos y perjuramos que no volveríamos a pasar por dicha carretera hasta que no nos enteráramos de que estaba arreglada....
Y resulta que hace unas tres semanas, me comenta un colega, que le ha dicho un amigo suyo, que le han avisado, que la carretera de Alanís a Fuente Obejuna ya estaba arreglada. Desde ese momento, empiezo a proponer a los colegas una ruta para llegar a través de la sierra de Hornachuelos hasta la nacional de Córdoba-Badajoz, para desde allí acercarnos a Fuente Obejuna y así tomar la famosa carretera.

Cuando llegó el día, resulta que casi nadie del grupo podía salir ese día a hacer unos kilómetros, y sólo Jesús Cordobés, con su virago 535 se animó a salir, ya que llevaba unos meses con ganas de hacer alguna escapada larga. Llegado el día, a las 9:00 nos ponemos en marcha y salimos en dirección Posadas (Córdoba), desde donde tomaríamos la estrecha, pero muy atractiva, carretera de Villaviciosa de Córdoba. Un agradable paseo por una carretera que estaba bastante desierta al no ser aún temporada de montería. Al atravesar la travesía de Villaviciosa nos encontramos algunos establecimientos con la puerta llena de motos aparcadas, y es que son muchos moteros cordobeses los que disfrutan de las carreteras de acceso a esta localidad por todo lo bueno que ofrece para disfrutar de nuestra afición. Nosotros nos unimos a ellos para desayunar y optamos por un local que está al salir de la localidad en el cruce de la carretera de "Los Molares". Tras el desayuno mientras veíamos varios grupos de bikers pasar por allí, volvimos a las motos y encaminamos nuestros pasos buscando la N-432 pasando por la Presa del embalse de Puente Nuevo, ¿o Pueblo Nuevo?... Nunca me acuerdo bien. Nos encontramos en la presa con un nutrido grupo de moteros que también estaban de ruta. Al llegar a la nacional, giramos en dirección Badajoz para buscar nuestra siguiente parada: Bélmez, donde haríamos de tripas, corazón, y echándole un par de hue...., nos pegamos la caminata hasta el castillo que corona la localidad. ¡Menuda cuesta!... Aunque he de confesar que cuando estás allí arriba, las vistas que ofrece la fortaleza hacen que merezca la pena el ascenso.

Volvemos a las motos, y sin apenas dejar que se calienten los motores, ya llegamos a Fuente Obejuna. Entramos en la localidad buscando el centro, y como han puesto el acceso que yo conocía a la plaza en contra-dirección, me veo obligado a meterme por la calle donde se encuentra la casa Cardona. Un palacio modernista que he intentado visitar en cuatro ocasiones. Las tres primeras estaba en reformas, y en esta última, sólo se permite la visita los domingo si has concertado previamente... El resto de días, funciona como oficina de turismo y está abierta, así que imagino que permitirán la entrada. Hacemos algunas fotos en la puerta y en la plaza que conmemora la obra de Lope de Vega y nos damos un buen banquete en el local que está en el centro. Comimos de lujo y a buen precio.




Ahora tocaba coger la carretera que estábamos buscando.... Me pasé toda la comida calentando a mi compañero de ruta: ¡Ahora verás que pedazo de trazado!, ¡las vistas cojonudas!, ¡el asfalto recién arreglado!,...... Salimos de la localidad y el trazado rápido y divertido, la calzada ancha y con buen firme,... ¡Cómo lo recordaba en los primeros kilómetros!. Pero yo me moría por llegar a la zona nueva. Sin previo aviso, nos encontramos con un cartel: "CARRETERA EN MAL ESTADO", y fue pasar el cartel y aquello se convirtió en un pedregal... Los cráteres de la carretera se sucedían unos al lado de otro sin dejar ni un hueco por el que poder meter la rueda para evitar las sacudidas. -¿Por qué no os volvísteis?- preguntarás-

... Muy fácil... ¡POR JILIPOLLAS!... Se nos ocurrió pensar que si nos habían dicho que la carretera estaba arreglada, a lo mejor es que habían empezado desde Alanís y en pocos kilómetros llegaríamos a la zona nueva... Cuando vimos que aquello no mejoraba ya estábamos metidos hasta el cuello y lo mismo iba a ser seguir para adelante que volver, así que decidimos continuar.... Los paisajes, espectaculares; el trazado, una maravilla; Jesús hasta vio ciervos junto a la carretera,... Pero yo acabé con la espalda destrozada. Me dolía desde las cervicales hasta la rabadilla del culo. De buenas a primera nos encontramos rodando por una bajada pronunciada junto a un acantilado, con un montón de grava suelta y un cartel que ponía en letras muy grandes: "CARRETERA MUY PELIGROSA"... ¡Mamón!; ¿te crees que no me he dado cuenta?... Una travesía de unos 50 kms a una velocidad media de 40 kms por hora, ya que una vez que entramos en la provincia de Sevilla, el asfalto se volvió un poco menos malo.


Al llegar a Alanís, volvimos a territorio conocido. Desde allí pusimos la directa hacia la Campiña pasando por Cazalla de la Sierra, Constantina y Lora del Río. Bonitas carreteras, muy divertidas y con buen asfalto que es lo que echábamos de menos, lo que hizo que cundieran los kilómetros hasta poder llegar a casa.


En cuanto llegué a casa le mandé un wassahpp a mi colega, para que le dijera a su colega, que le dijera al amigo que había dicho que la carretera estaba arreglada, que ¡un mojón "pa" él!. La próxima vez que me digan que esa carretera está arreglada llamaré a las oficinas de turismo de Alanís o de Fuente Obejuna y les pediré que me juren por lo más sagrado que es verdad, porque si no es así, va a pasar por la carretera Rita la "Cantaora".
NOS VEMOS EN LA CARRETERA.
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martes, 8 de septiembre de 2015

REFLEXIONES EN LA CARRETERA: ¿TÚ DE QUÉ ERES: DE RUTAS O DE CONCENTRACIONES?


 Mentiría si dijera que esta cuestión la he pensado recientemente, ya que es una cuestión que llevo pensando desde hace años con respecto a mí mismo y no tengo muy claro a que grupo pertenezco. Ahora con esto del facebook, y de los grupos que se crean de personas que comparten esta afición, se puede ver que hay dos grandes grupos de motoristas. ¡Ojo!... No quiero generalizar y por supuesto siempre hay matices.
Pero si estás metido en esos grupos, cuyo eje central es la moto, verás que hay personas que sólo suben fotos de concentraciones o que se pasan toda la semana poniendo los carteles de las concentraciones que habrá durante el fin de semana. Supongo que para que el resto de miembros de dicho grupo seleccione la que más le guste o la que más cerca le pille de casa.
Sinceramente, no creo que yo sea mucho de concentraciones. Cuando voy a una cercana para echar la mañana del domingo (hablamos entre 20 y 300 kms de ida), estoy todo el tiempo pensando en volver a montarme en la moto. Una vez que he visto los puestos, el ambiente de los aparcamientos y me he tomado dos cervezas, ya me siento aburrido por allí. Supongo que si nos prodigáramos más por este tipo de eventos, se me pasaría el tiempo más rápido saludando a unos y otros, pero la verdad es que el hecho de saber que no me puedo tomar unas cervecitas tranquilo porque luego hay que conducir me corta un poco el rollo. Diferente es cuando sales con los colegas a echar el fin de semana. Aparcas la moto y sabes que hasta el día siguiente no tienes que regresar. En esos casos parece que las horas pasan demasiado rápidas. Por desgracia, elegir una vida en pareja, significa que, o tienes la suerte de que te acompaña siempre y así no hay problema por ir a todas las concentraciones del calendario, o sabes que si no quieres tener bronca segura, sólo puedes escoger unas pocas de concentraciones al año para pasar el fin de semana con los colegas. ¡Y claro está!; Ya que vas a pasar el fin de semana por ahí, más vale que la concentración esté a una distancia para poder rodar durante un buen puñado de horas sobre la moto.

 Por otro lado, están los grupos en los que el personal va subiendo fotos de las rutas que se pegan con sus motos, ya sea una mañana de domingo o durante sus vacaciones. El caso es viajar, y sacar alguna foto de su moto con algún lugar pintoresco de fondo. Reconozco, que me siento más cómodo rodando en moto; es decir, saliendo solo o con los colegas por la mañana a hacer una ruta (si se puede hacer turismo mejor) para disfrutar de alguna atractiva carretera de bellos paisajes. Y cuando la cosa se tercia y se puede, escaparnos un par de días o una semana para conocer alguna zona de nuestra geografía. Me consideraba más un motero de rutas, pero hablando con algunas personas que se pegan unos viajes estupendos por toda Europa, o internándose en el continente africano y asiático o recorriendo la gran ruta 66, me he dado cuenta, o mejor dicho, me han convencido de que no soy un rutero, que parece que si no sales de los Pirineos para arriba las rutas en moto no se cuentan y esas no te hacen ser un auténtico motero. Así que tampoco soy "rutero".
Por otro lado, cuando hablo con otros bikers veteranos y les hablo de algunas de mis concentraciones preferidas, siempre surge la misma pregunta: -¿Pero nunca has estado en "Pingüinos"?....-No.
Pues entonces tu no eres un motero.
Así que he llegado a una conclusión: Ni soy de concentraciones, ni soy de rutas... ¡Sencillamente, no soy motero!
Pero motero o no, la ilusión de arrancar mi moto cada fin de semana para salir al encuentro de los amigos, a compartir kilómetros, ratos agradables, risas, piques y demás tonterías que hacen grande esta afición, no me lo pueden quitar. Así que mientras pueda, seguiré montando en moto. Unas veces me acercaré a fiestas bikers, otras me pegaré rutas por nuestra tierra, disfrutando de serpenteantes carreteras, otras veces disfrutaré de la carretera para irme a alguna concentración lejana, y otras, con mucha suerte, podré salir a disfrutar de unas vacaciones sobre la moto, porque lo mejor de esta afición es que cada uno la disfruta como le sale de los.....
Y tú; ¿eres más de rutas o de concentraciones?
NOS VEMOS EN LA CARRETERA